Algo más de 6.000 denuncias de desaparición están activas y sólo 245 son de alto riesgo, como la del niño Gabriel. Muchos casos, sin embargo, son de hombres mayores de 65 años con patologías mentales. Tenerles localizados siempre es el proyecto que el Centro de Desaparecidos tiene entre manos para que no se les pierda el rastro.
Dirigidos por Jaime Cereceda, teniente coronel de la Guardia Civil, nueve agentes de este cuerpo y de la Policía Nacional escudriñan en este centro las bases de datos de todas las fuerzas de seguridad, desde la de personas desaparecidas y restos sin identificar hasta la que recopila la información de Violencia Machista (VioGen).
La meta, destacó ayer, Cereceda en el Día Internacional de las Personas Desaparecidas sin causa aparente, es entender mejor un fenómeno de compleja casuística, dotar a las fuerzas de seguridad de protocolos adecuados en la investigación de los casos, comprender a las familias o sugerir normas que resuelvan limbos jurídicos.
En poco más de un año de vida, el centro, impulsado por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha comprobado que la mayoría de las desapariciones corresponden a un hombre mayor de edad: sólo 12 de los 245 casos activos de alto riesgo son de menores.
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