Energía. Esa que nace cuando el todo es más que la suma de las partes. Y son las fronteras los lugares donde esa mezcolanza cobra más sentido. La energía de Carmela Páez La Chocolata (www.chocolata.es), oriunda de Jerez de la Frontera -"a camino entre Sevilla y Cádiz"-, surge de un particular optimismo y de la ilusión de vivir tal y como uno siente. Su música, a la que define como un estilo fronterizo entre el flamenco y los ritmos latinos, comenzó a forjarse en Granada, donde cantó y bailó, y se contaminó de otros artistas. Gracias a su encuentro con Pive Amador, grabó su primer trabajo Chocolata en directo en 2010. Un año después lanzó De un suspiro y, después de cinco años, junto a Fernando Vacas y Ferni Duhalde, Cantándole al río, su primer trabajo como solista y compositora. En él, cuenta con la guitarra electrónica de El Pájaro y conviven los temas en los que la cantante hace homenajes latentes a personas importantes para ella -se adivina en el disco su admiración por Chavela Vargas-, con temas propios y el sencillo Llorona, una versión de la popular canción mexicana. Los que acuden a sus espectáculos ven en ella a Lila Dows o María Jiménez, pero ella prefiere no ponerse etiquetas: Chocolata es Chocolata y no sabe qué podrá llegar a ser mañana. Trabaja en su música desde la capital de Andalucía, donde vive, y la próxima semana estará disponible el vídeo del segundo sencillo de su último trabajo, Cantándole al río, a la venta en plataformas digitales y en la tienda Flamenco Pasión 8.
El mestizaje de la frontera hecho canción
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CantanteElla, que nació en Jerez de la Frontera y verena su sangre, define su música como un estilo fronterizo que no sabría decantarse por su raíz flamenca o la latina. Desde la capital de Andalucía, donde reside, espera el lanzamiento del vídeo del segundo sencillo del disco 'Cantándole al río'
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