Dos prismas distintos para observar las elecciones andaluzas desde Madrid: calles Ferraz y Génova. Uno, el de los socialistas; otro, el del PP. No es que los primeros lo hagan desde la desesperación o la urgencia y los otros desde la tranquilidad o la complacencia, pero los últimos mensajes lanzados desde ambas sedes centrales de los partidos difieren.

El PSOE anda enfrascado en su lucha interna. Precisa de un líder tras la debacle de las elecciones generales, pero al mismo tiempo no puede orillar la importancia -clave, definitiva- para el partido que son las elecciones autonómicas en Andalucía. Ayer, Elena Valenciano, lugarteniente de Alfredo Pérez Rubalcaba -del que destacó su "experiencia, solvencia y coraje" para dirigir el partido-, lo dijo bien claro y alto en los micrófonos de la Cadena Ser: la cita de los comicios andaluces es para el PSOE "una de las prioridades, y debe volcarse en la tarea de ganar las elecciones". Del resultado que los socialistas obtengan en ellas depende mucho la reconstrucción del partido.

Otro enfoque bien distinto a esa contienda en las urnas andaluzas, ofrecido desde el optimismo y el colchón de las encuestas y los sondeos, es el que dio ayer el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, para quien el hecho de que se celebren elecciones autonómicas en esta comunidad "no va a condicionar" al Gobierno que preside Mariano Rajoy a la hora de tomar las medidas necesarias para sacar a España de la crisis. No hace falta, a juicio de Hernando, porque su partido ganará en Andalucía de la misma manera que lo hizo en las municipales y en las generales.

"Sabemos quen tenemos una situación muy dura por delante pero las elecciones andaluzas no condicionan absolutamente nada. Tenemos un gran candidato en Andalucía", agregó Hernando en referencia al líder de los populares en esta comunidad, Javier Arenas.