El presidente en funciones del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Rafael Toledano, defendió ayer que los cambios organizativos o materiales deberían ir orientados a obtener "no sólo una mayor eficiencia", sino una mayor "calidad" de la Justicia.

Durante el acto de apertura del año judicial celebrado esta tarde en la sede del TSJA, en Granada, Toledano dijo que esa calidad de la justicia está marcada por "el mandato constitucional" de otorgar una tutela judicial que sea efectiva, desde el punto de vista de la seguridad jurídica, y rápida.

Toledano se refirió también en su intervención al modelo de Oficina Judicial, pendiente de implantar, para señalar que aunque es "un paso" en el cambio que requiere la Administración de Justicia, esta reforma "sólo dará los frutos esperados si va seguida de manera inmediata" o simultánea de cambios en el modelo de demarcación y planta judicial, y en la forma de organización de los tribunales.

El presidente en funciones del alto tribunal andaluz, que defendió una organización del ejercicio de la jurisdicción "con los criterios propios de un servicio público moderno", ha reivindicado un mayor protagonismo de los jueces en el proceso de funcionamiento de la Oficina Judicial.

"La Oficina Judicial es un medio instrumental para el ejercicio de la jurisdicción y nada de lo que ocurre en el proceso ni en donde se tramite puede mantenerse extraño ni ajeno al juez, como titular único de la potestad jurisdiccional", agregó.

En su opinión, el retraso en la puesta en marcha de la Oficina Judicial no sólo obedece a una falta "eventual" de medios, sino a una cuestión de "más calado", en alusión a la dificultad de implantar este modelo sin actuar al mismo tiempo sobre la planta y demarcación de los juzgados y su modelo organizativo.

Previamente intervino el fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón, quien manifestó que las "dificultades materiales" que sufren "deberían servir para buscar fórmulas más eficaces y consensuadas de gestión que permitan acabar, de una vez por todas, con la endémica carencia de una administración arrinconada frente al grueso caudal de sus problemas y expuesta al juicio crítico de unos ciudadanos que sólo reclaman la normalidad de sus derechos".

"Ya es hora de terminar con esta rancia sensación de incómoda cortedad que nos disocia de la sociedad y que no aguanta comparación alguna con cualesquiera otras administraciones del Estado", agregó el fiscal, para quien "sólo la limitación de la carga de trabajo" y una "más razonable adecuación" de los "limitados recursos" de la administración de justicia permitirán ofrecer "Justicia de calidad".