Cultura

El arte y el poder

  • Francisco Reina ofrece en el CAS una dura y sutil mirada a las institutuciones

La discreción y la delicadeza con las que se han hecho los retoques aseguran la calidad de las imágenes que, dentro de la exposición The World Below, forman la sección titulada El arte del poder. El edificio que aloja el Congreso de los Diputados, el Palacio de las Cortes, aparece en completa soledad. La toma fotográfica, exageradamente frontal, presta a los leones de la entrada un aspecto extraño: se antojan celosos centinelas dispuestos a impedir la entrada, antes que símbolos de la soberanía popular. Falta un último detalle: la fachada del palacio está totalmente tapiada. Tras las seis grandes columnas no hay puerta alguna: sólo un cuidado muro, uniforme y cerrado. Francisco Reina (Sevilla, 1979) repite al lance con otros dos edificios señeros: el Senado y el Banco de España. Los encuadres recuerdan a los de Atget por la total ausencia de personas. Ese vacío en torno a las instituciones se corresponde a la perfección con su hermética cerrazón. Junto a esas imágenes, un vídeo, breve glosa a una seguiriya de Camarón: "Las cuentecitas que los pobres hacemos nunca salen bien". Las imágenes en este rincón de la muestra hace que huelguen las palabras.

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