AUNQUE el plato fuerte de esta noche eurocopera es el Barcelona-Inter, la posibilidad más que posible de que el Sevilla agarre en propiedad la primera plaza de su grupo también le da interés a la noche, mucho interés a nivel local. Apostaríamos porque las cosas van a salir en el campo del Steaua tal como necesita un Sevilla que está consiguiendo cuanto pretende con una autoridad insultante. Unirea es en la actualidad el equipo más fuerte de Rumanía, un equipo con mucho presente y nulo pasado que no debe entorpecer los deseos de este intratable Sevilla que Jiménez ha puesto que salta en la palma de su mano.

La inminencia de la Champions deja obsoleto el análisis de lo que la Liga deparó este fin de semana. Una jornada en la que por la cúpula de la tabla sólo falló el Barça, que cedió un sorprendente empate en San Mamés ante un Athletic que debió quedarse muy pronto en inferioridad por la terrorífica acción de Amorebieta sobre Messi. Los demás hicieron bingo, abriendo el fuego el Sevilla con una alineación de circunstancias en Tenerife, prosiguiendo el Realísimo con demasiada renta para tan poco juego, que confirmaría cómo cae en barrena el Atlético -¿no le recuerda a otro mucho más cercano?- ante el Dépor y que cerraría un espléndido Valencia.

Se anima la parte alta y se confirma quiénes optan a la mano de Europa. Ya se está abriendo la brecha que marca la frontera entre la clase alta y la media con un Mallorca que está demostrando algo de lo que se debiera tomar buena nota en ese club tan parecido al Atleti, que se puede funcionar en el campo aunque la gestión en los despachos sea un desastre. El Mallorca cambia de dueño una vez al mes, pero Gregorio Manzano lo tiene olisqueando a los que gobiernan la clasificación. Es un ejemplo de cómo pueden ser gestión en los despachos y juego en la cancha dos líneas paralelas que no se crucen y ni siquiera se toquen. Vaya tela lo de Elche...