La ciudad y los días

Carlos Colón

El sevillano como mono de goma

EL pasado sábado escribía el compañero Carlos Mármol en este periódico: "El sobrecoste del Parasol -todavía a medio hacer- ha sobrepasado con creces todas las previsiones iniciales. El último modificado objeto de la polémica -30 millones de euros- se suma a uno anterior por valor 8,4 millones de euros. La desviación oficial se acerca, por tanto, casi a los 40 millones de euros… El presupuesto oficial de licitación de la obra rondó los 55 millones de euros. Dicho de otra forma: sólo el sobrecoste desde que comenzó su ejecución es ya algo más del 72% del dinero que, en teoría, debía de haber costado su construcción completa. Incluyendo todos los conceptos. El coste global del Parasol, sin embargo, es bastante más elevado. Tanto que su factura puede sobrepasar los 123 millones de euros". El pasado martes escribía Alberto García Reyes en la competencia: "La deuda del Ayuntamiento de Sevilla con los bancos es a esta hora espeluznante: 522 millones de euros… La ciudad está hipotecada, casi al borde del abismo financiero, y nadie en el Gobierno asume la responsabilidad… Esos 522 millones podrían ser menos de la mitad si la gestión municipal no hubiera sido tan poco escrupulosa con el dinero público". Y no pasa nada. Ni pasará, probablemente.

Sevilla es el mono de goma al que se le puede dar toda la leña que se quiera. Fue mono de goma bajo el franquismo, lo que se puede comprender dada la naturaleza de las dictaduras. Y sigue siendo mono de goma en democracia. Porque la transición de una dictadura a una democracia podrá cambiar muchas cosas, pero no es capaz de convertir esos monos de goma que son la mayoría de los sevillanos en ciudadanos responsables, exigentes, reivindicativos, independientes y críticos. El problema es que este mono de goma sufre con la leña de la mala gestión, al contrario de lo que sucede con el del refrán. Y la ciudad, más. Pero no parece importarle. Con lo que se trataría de una mutación masoquista o ascética del mono de goma que disfruta con la leña o ni la siente.

Para el poder el mono de goma, por su propia materia y naturaleza, es como la vaquita antiestrés. Lo estruja cada cuatro años y se relaja al comprobar que lo sigue votando. Salvo en los tramos 1991-95 (PA-PP) y 1995-99 (PP-PA), el PSOE ha estado en el gobierno de Sevilla con el PA y el PCE (1979-1983), en solitario (1983-1991), con el PA (1999-2003) y con IU (2003-2011). ¿Esto quiere decir que los sevillanos son mayoritariamente progresistas? Dense un paseo por la ciudad, de la periferia al centro cada vez menos histórico, y se darán cuenta de que lo que son es de goma.

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