Apenas tenía un año de vida cuando Elsa tuvo que empezar a luchar contra la leishmaniosis. Con sólo 5 kilos de peso y el cuerpo lleno de úlceras, la dueña de esta perrita se negaba a verla morir y la entregó a una vecina de Bormujos, conocida por todos como Palili, y gracias a sus cuidados sanó. A la cuidadora de Elsa sólo le mueve el amor por los animales y la indignación de ver cómo muchos son abandonados e incluso torturados hasta la muerte: "He visto de todo, por ejemplo en Aznalcázar se han encontrado a muchos galgos ahorcados".

Palili se está planteando profesionalizar la pasión que siente, sobre todo, por los perros, y estudia crear una asociación para cuidarlos y adiestrarlos con diferentes fines: "Me voy a poner en contacto con colegios que tienen niños especiales porque hace un tiempo traté a dos chicos hiperactivos y a un adolescente con problemas y, gracias a mis perros, les fue muy bien", asegura Palili, quien también quiere ponerse en contacto con asociaciones de mujeres maltratadas para que conozcan los beneficios que puede ofrecerles la zooterapia a través de los perros y poder ayudarlas en su recuperación.

A las manos de Palili siempre han llegado canes que se encontraban en situaciones límite, algunos en manos de personas con drogadicción que no le dan el mejor trato. Tras recuperar a los animales, luego los entrega a familias adoptivas o incluso a cuerpos de seguridad, como los bomberos, a quienes entregó dos recientemente.

Esta cuidadora se forma leyendo y consultando con veterinarios. Gracias a su interés la perrita Elsa "volvió a la vida". Actualmente, el animal pesa 11,5 kilos. "Ya no se le ven las costillas, corre que da gusto y, sobre todo, juega, pero ha tenido que pasar varios tres meses en mi casa para que lo haga". Ahora, sólo espera que llegue la familia que necesita Elsa y, mientras tanto, seguirá cuidándola y luchando para conseguir lugares céntricos y seguros en los pueblos y ciudades de la provincia para el esparcimiento de los perros.