Las tensiones entre la Junta de Andalucía y La Caixa motivadas por la renuncia de ésta a ubicar en las Atarazanas un Caixafórum han pasado a ser historia. Al menos así se escenificó ayer al más alto nivel en el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, con la firma de un convenio de colaboración entre ambas instituciones que tuvo como protagonistas al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y al presidente de La Caixa, Isidro Fainé. 

Según una nota difundida por la entidad financiera catalana, durante la reunión mantenida ayer, tanto Griñán como Fainé "han sentado las bases para trabajar en el diseño de una nueva propuesta conjunta que permita poner en valor las Reales Atarazanas de Sevilla". Asimismo, el texto afirma que el presidente de La Caixa "ha reiterado" al dirigente andaluz el compromiso de la entidad financiera "de construir un nuevo Caixafórum en la Torre Pelli". El texto difundido por La Caixa, en el que se detalla un amplio programa de cooperación en acción social, educación, medioambiente y cultura y según el cual la Fundación de la entidad sube a 50 millones sus inversiones en Andalucía durante 2013, no daba, sin embargo, más detalles sobre estas "bases" de trabajo. 

Con este acuerdo un tanto vago se pone fin al conflicto que se desarrolló a finales del pasado año 2012 y que protagonizó, principalmente, el consejero de Cultura, Luciano Alonso, quien tuvo palabras muy duras contra la entidad catalana y su decisión de no seguir adelante con el proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para convertir las Atarazanas en un Caixafórum, el cual, finalmente, se ubicará en la Torre Pelli, propiedad de La Caixa desde que absorbió Cajasol. 

Como se recordará, Alonso llegó a pedir una indemnización a La Caixa por el abandono del proyecto y amenazó con acudir a los tribunales. Asimismo, aseguró que, hasta que todo no estuviese aclarado, no devolvería a la entidad financiera los 750.000 euros depositados como fianza tras firmar el contrato de cesión con la Junta. 

Ante las presiones, La Caixa manifestó su disposición de colaborar en un proyecto para las Atarazanas pero, eso sí, sin renunciar a llevarse el Caixafórum a la Torre Pelli. Ésta es la tesis que, finalmente, ha prevalecido.