El juez de guardia envió ayer a prisión al asesino de la calle Feria, José Manuel F. R-R., un vecino de Aznalcázar de 38 años que el pasado miércoles confesó haber matado a un ciudadano boliviano y haber guardado durante cuatro días el cadáver en un armario del piso donde residía la víctima. El crimen de descubrió a raíz de una pelea originada en el mismo domicilio, donde el imputado se citó con un joven sevillano para venderle un teléfono móvil que recibió dándole un botellazo en la cabeza para robarle el dinero que portaba en ese momento. Tras ser arrestado admitió de forma espontánea a los agentes sus delitos.

El ingreso en prisión, condicional y sin fianza, se decretó ayer por la tarde, después de declarar en el juzgado de guardia del Prado de San Sebastián, al que llegó a primera hora de la mañana desde los calabozos de la Jefatura Superior, donde prácticamente agotó el plazo máximo fijado para su detención. Finalmente se le imputaron seis delitos: homicidio, lesiones, detención ilegal, robo con violencia, falsificación; además de dos faltas por estafa.

La confesión fue espontánea y sorprendió a los propios agentes, que actuaron en lo que parecía ser un intento de estafa y robo con violencia y agresión. Desde el primer momento, justo cuando iba a ser introducido en el patrullero que le iba a trasladar desde el centro de Sevilla a la  Jefatura de la Policía Nacional, el detenido admitió todos sus delitos. De hecho, sin negar los hechos por los que acababa de ser arrestado, advirtió a los agentes que no se fueran sin descubrir el cadáver que ocultaba en el piso donde, según dijo, encontrarían también la cartera de otra persona que habría sido robada y estafada por él. Todo indica que, tras el crimen, cuyas causas están todavía por esclarecer, el asesino siguió utilizando dicho escenario, un primer piso del número 10 de la calle Feria, para estafar a otros con la posible venta de las pertenencias de la víctima.

La incógnita sigue siendo la relación que el autor del crimen guardaba con la víctima, un boliviano de 44 años que residía con mucha discreción en la calle Feria desde hace unos tres años y que no había dado nunca problemas, según el vecindario.  El perfil de José Manuel F.R-R. está desde ayer cerrado en las redes sociales. En ellas, el asesino confeso compartía fotos junto a amigos y con una novia y comentarios que lo retratan como deportista. Jugaba al baloncesto en un club del Aljarafe. Y, según la información que de él se puede rastrear en internet, sus profesiones estaban vinculadas a la construcción y la seguridad. Aún quedan interrogantes abiertos para concluir el motivo por el que llegó hasta el mundo de la delincuencia a un hombre que  no contaba con antecedentes penales antes de estos hechos. Y si el móvil del crimen pudo ser sexual, como también se investiga.

El caso será remitido al juzgado de instrucción número 4 de Sevilla, que se hará cargo de la investigación de los hechos.