Las principales áreas de gobierno quedarían concentradas en cinco o seis concejales. No más. Y los restantes ediles estarían dedicados en exclusividad a cada uno de los once distritos de la ciudad como si fueran alcaldes de barrio en una apuesta firme por un estilo de gobierno que tiene su principal pilar en la micropolítica. Se trata de algunas de las líneas generales del esquema de gobierno que prepara Juan Ignacio Zoido para la ciudad en caso de obtener la mayoría suficiente en las elecciones que se celebrarán dentro justo de un año. El portavoz del PP ha ido avanzando detalles en los recientes foros privados (algunos con periodistas) en los que ha participado sobre cómo sería su gobierno, más aún tras conocer que la encuesta de la empresa Sigma Dos -encargada por su partido- le garantiza entre 17 y 18 concejales. Zoido quiere poner en práctica el modelo de seguimiento de los problemas cotidianos de los vecinos que ya efectúan Teófila Martínez, en Cádiz, y Pedro Rodríguez, en Huelva. Pero Sevilla es mucho más grande e inabarcable que estas dos ciudades andaluzas, por lo que la gran extensión de la capital de Andalucía justificaría la necesidad de asignar concejales a pleno rendimiento a la hora de afrontar el contacto diario con los componentes de las juntas municipales de distrito, las asociaciones de vecinos y otras entidades. Se trataría de llevar a la práctica una especie de descentralización de la gestión municipal que acercara el Ayuntamiento a los vecinos al mismo tiempo que garantizara el mantenimiento de la notoriedad de Zoido en los barrios.

Una de las apuestas claras consiste en reducir la actual duplicidad de cargos como consecuencia del gobierno en coalición de PSOE e IU, que firmaron el denominado Pacto de Progreso que orilló a Zoido en 2007 del poder municipal. El modelo de gerentes y vicegerentes en las empresas municipales quedaría finiquitado. Las estructuras que funcionan en algunos distritos para compensar la sobrecarga de trabajo de ediles con responsabilidades directas en importantes áreas gobierno también se eliminarán por una cuestión clara: no harán falta si el concejal asume únicamente la dirección del distrito y no tiene que dedicar las mañanas a dirigir delegaciones de gobierno. Zoido ha expresado en estos foros la necesidad de tener en cuenta que cualquier decisión ha de estar condicionada por los principios de una "economía de crisis". De hecho, en el acto de inicio de la cuenta atrás para las elecciones, celebrado el pasado sábado en un ambiente familiar y festivo en el parque de la Buhaira, se pudo apreciar el uso de material de las últimas elecciones y el recorte en los gastos de invitación a los cerca de 500 asistentes asistentes (tan sólo cerveza y refrescos con frutos secos y patatas fritas).

El número de directores de área en las delegaciones y de directores de distrito serán reducidos en una estrategia bautizada como la supresión de "grasa administrativa". A este respecto resulta clave otra línea de gobierno que el candidato del PP pretende poner en práctica: reforzar el papel de los funcionarios, devolverles las competencias y que sean ellos los que asuman muchos proyectos en lugar de apostar periódicamente por la externalización de los encargos.

El jefe de la oposición se ha encargado estos días atrás de reafirmar que en la lista electoral irán los "políticos", de tal forma que los "técnicos" se incorporarán posteriormente para los puestos de gobierno de las empresas municipales. Zoido no se ha pronunciado, por el momento, sobre la posibilidad de hacer uso de la facultad de incorporar a dedo a los tres ediles que le permite la Ley de Grandes Ciudades.