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Los afganos desafían a los talibanes

  • Millones de personas, muchas de ellas mujeres, acuden a las urnas pese a las amenazas de los insurgentes · La jornada electoral deja al menos 26 civiles muertos · Los resultados se conocerán el 3 de septiembre

Millones de afganos ejercieron ayer su derecho al voto para elegir a su nuevo presidente, en una jornada electoral que dejó medio centenar de muertos víctimas de la violencia talibán y tuvo una intensidad menor de la esperada por las autoridades.

Los colegios cerraron una hora más tarde de la fijada para que más personas pudieran ejercer su derecho al voto y la Comisión Electoral se felicitó por el hecho de que 6.199 colegios (el 95% del total) pudieran abrir sus puertas.

"Las elecciones han transcurrido de forma pacífica -dijo en rueda de prensa el presidente, Hamid Karzai-. Doy la enhorabuena a nuestro pueblo por su valentía y por su deseo de que nuestro país tenga éxito".

Según los máximos dirigentes de seguridad, durante la jornada se produjeron 130 ataques, muchos con proyectiles y cuatro de ellos suicidas, que causaron la muerte de 17 miembros de las fuerzas de seguridad y de 9 civiles, así como heridas a otras 52 personas.

Además, 21 talibanes murieron y otra veintena fueron heridos, según la Policía, en un tiroteo contra las fuerzas de seguridad en la región norteña de Baghlan. También falleció un soldado estadounidense de la ISAF en un ataque de mortero en el este del país.

Pero pese a los esporádicos actos de violencia por casi todo el país, la misión de la ONU (Unama) mantuvo que los intentos de los talibanes por desestabilizar el proceso e intimidar a los electores fueron "menores de los esperados".

Las autoridades habían declarado festivo el día para facilitar el voto de los ciudadanos y las calles -al menos, en la capital- amanecieron sin peatones ni el habitual tráfico y con la inmensa mayoría de las tiendas cerradas.

Los controles de seguridad eran más intensos de lo habitual y la Policía se empleó en dar el alto a los escasos vehículos en circulación para registrarlos minuciosamente con perros adiestrados en explosivos.

Karzai abrió la votación muy de mañana en su colegio electoral, un instituto del centro de Kabul fuertemente protegido, desde el que pidió a los ciudadanos un voto por la estabilidad y la paz "para construir un país mejor".

"¡No a la violencia. Votad no a la violencia!", exhortó Karzai.

De acuerdo con los datos de Unama, la votación transcurrió mejor de lo esperado en el norte -con mucha participación femenina- y se resintió en el sur, el tradicional feudo de los talibanes, donde es más agudo el conflicto y más fácil la intimidación.

La Comisión Electoral se ha lanzado ya al recuento de los votos sin hacer públicos aún los datos de participación, que, según el ministro de Interior, Mohamed Hanif Atmar, ha sido de un 70% pese al boicot y las amenazas de los insurgentes.

A las urnas estaban llamados unos 17 millones de afganos encargados de elegir jefe del Estado en las segundas elecciones presidenciales desde la caída del régimen talibán en 2001, con Karzai como favorito principal.

En los últimos días varios de sus rivales han comentado sus sospechas de que el Gobierno preparaba un fraude para garantizarle la reelección sin necesidad de segunda vuelta.

Las dudas sobre la limpieza del proceso están fundamentadas en la ausencia de un censo, el rampante analfabetismo y las dificultades logísticas por la difícil orografía y el grave conflicto contra los talibanes.

Karzai, que necesita más del 50% de los votos para ser reelegido, contaba en las encuestas con mucha ventaja sobre sus rivales, el ex titular de Exteriores Abdulá Abdulá y su antiguo ministro de Planificación, Ramazán Bashardost.

Los primeros resultados oficiales se conocerán el 3 de septiembre, según la Comisión Electoral.

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