La consejera de Cultura Rosa Torres junto al presidente de Cajasol, Antonio Pulido y el duque de Huéscar en representación de su madre la duquesa de Alba, han inaugurado este jueves una de las exposiciomes más esperadas de la temporada.

La colección Casa de Alba llega al museo de Bellas Artes para pasar el otoño (desde este viernes hasta al 19 de enero), pues en palabras de la consejera ”en esta temporada alta para la cuidad nos gusta hacer propuestas que podemos calificar como irresistibles”, ya que “no todos los días tenemos la ocasión de acceder a una de las colecciones más antiguas e importantes del mundo”.

40 piezas conforman esta colección iniciada por Fernándo Álvarez de Toledo en el 1508. De todas ellas, 35 proceden del palacio de Liria y 5 del de Dueñas. La pintura es la protagonista indiscutible de esta maravillosa muestra, teniendo cabida piezas de escuela española de la mano de Murillo, Goya, Madrazo o Zuloaga; italiana, con autores como Tiziano, Guardi o Luca Giordano; holandesa con Van de Velde y Goyen; francesa con obras de Renoir o Chagall y finalmente inglesa de pintores de la talla de Ferneley, Romney y Fletcher. Sin embargo también existe un pequeño hueco para la escultura con tres obras de arte de Mariano Benlliure.

Con más de 5 siglos de antigüedad, esta colección “no sólo ha logrado mantener sus componentes en estado óptimo, sino que se ha ido incrementado con el paso del tiempo gracias al gusto y la sensibilidad por el arte que han sentido y sienten todos los miembros de la familia de Alba”, recalcó Torres, quién quiso dedicar a la duquesa una frase de agradecimiento: ”Doña Cayetana que es una persona querida y respetada por la ciudad de Andalucía se comporta un día más como la hija predilecta que es de nuestra tierra, compartiendo con sus hermanos estos valiosos tesoros”.

La razón por la que se ha escogido Sevilla para exponer por primera vez en Andalucía una muestra de una de las colecciones privadas mas importantes del país viene amoldada por los sentimientos particulares de agrado que su dueña tiene hacia ella, hecho que ha recalcado su hijo, el duque de Huéscar: “Mi madre está con una ilusión enorme de que se pueda exponer esta colección en Sevilla, ciudad a la que ella tantísimo quiere”.

Cada una de estas cuarenta piezas esconde más de una historia a su espalda y así el duque, animado por la situación de admiración creada en torno al ofrecimiento de su madre, se atrevió incluso a contar un anécdota ocurrida con el cuadro del pintor Rubens Retrato de Carlos V y la emperatriz Isabel, en la cual el primer duque de Berwick, Jacobo Fitz-James Stuart (padre de la actual duquesa), que se encontraba enseñándole su casa a un señor japonés, respondió muy airosamente a la pregunta de si el cuadro antes mencionado era una copia, que en su casa la única copia que había era un Rubens que el autor hizo de un cuadro de Tiziano.