La Bolsa española cerró ayer prácticamente plana, con una leve caída del 0,06%, aunque logró mantener el nivel de los 10.300 puntos, arrastrada por las compañías del acero y del sector bancario, en una jornada en la que toda Europa se tiñó de rojo. El principal indicador nacional, el Íbex 35, se dejó 6,50 puntos, ese 0,06%, hasta los 10.302,90 puntos, con lo que se redujeron las ganancias acumuladas en el año al 10,17%.

En el resto de grandes plazas europeas también se impusieron las ventas: Londres cedió el 0,59%; Fráncfort, el 0,57%; Milán, el 0,32% y París, el 0,07%. Las referencias chinas también fueron negativas, con una bajada del 0,68% en Hong Kong, y del 0,33% en el índice CSI, que agrupa las 300 mayores empresas cotizadas en Shanghái y Shenzhen.

El cambio euro-dólar se disparó hasta 1,088, en máximos de hace cinco meses, por las dudas acerca de la reforma fiscal prometida por el presidente de EEUU, Donald Trump. El dólar también se ha apreciado con respecto al yen, lo que ha provocado que la Bolsa de Tokio retrocediese un 1,44%. En el mercado de materias primas, el barril de petróleo Brent, el de referencia en Europa, ha repetido precio en los 50,80 dólares. En España, la prima de riesgo se mantuvo en 129 puntos básicos.

Entre los grandes valores del Íbex, Santander bajó el 0,87% y Repsol, el 0,52%, mientras que Iberdrola ganó el 1,34%; Inditex, el 0,63%; Telefónica, el 0,05% y BBVA, el 0,03%. ArcelorMittal fue la compañía más bajista, al ceder el 4,66%, seguida de IAG, que lo ha hecho el 2,80% y Acerinox, el 2,69%. En el lado contrario, Meliá Hotels rebot el 2,12% y Grifols, el 1,22%. Los inversores negociaron unos 1.200 millones de euros.