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Por muy digno que se ponga, con una puesta en escena tan grandilocuente como aquella del 21 de enero de 2016 en la que se postuló como vicepresidente del Gobierno, amén de reclamar el control de los ministerios de Economía, Defensa, Justicia e Interior y de TVE, la precipitada moción de censura que se ha sacado ahora de la manga Pablo Iglesias apunta a Mariano Rajoy, pero al que puede hacerle pupa es al PSOE.

No es que Iglesias esté empuñando una escopeta de feria entre los charcos llenos de ranas de esa ciénaga en la que el PP parece cada día que pasa más empantanado. Y empanado, en el mejor de los casos: lo de silbar y mirar para otro lado pese a las denuncias intramuros del partido de que el hasta hace nada respetable Ignacio González estaba inmerso en asuntos turbios no es ninguna mandanga... No, Iglesias ha disparado a sabiendas de que el tiro no le a salir ni mucho menos por la culata, aunque tampoco sabe bien dónde acabará la bala de plata de esta pintoresca moción de censura.

La nueva política nos está dejando momentos en los últimos meses que te dejan los ojos como platos y el contorsionismo empieza a afianzarse entre la clase política. Ahí quedan numeritos como el de Ciudadanos, que tan pronto hace una pirueta con Pedro Sánchez para hacerlo presidente como se cuelga del brazo de Mariano Rajoy por mucho que renegara de antemano. Ahí queda esa mudanza del no es no al no es sí que dejó por el camino al PSOE hecho unos zorros como un pollo sin cabeza. Ahí queda la fractura en Podemos, con Errejón desaparecido en una luz de gas más contaminante que ese tramabús que chupó rueda del de los reaccionarios anaranjados con sus obsesiones sexuales a cuestas.

Y ahí queda, para variar... Rajoy. Las ranas se zamparon a su castiza mosca cojonera. Y el palo de ciego de la improvisada moción de censura a la desesperada pone sordina a la indignación ante la corrupción. Y lleva a muchos a preguntarse por qué el mismo que indultó a Rajoy hace un año tiene ahora tanto afán en derribarlo a cualquier precio, que dice que apoyaría a un candidato alternativo del PSOE y hasta de Ciudadanos. Tanta contorsión no puede ser buena.

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