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Una pulga, una pulgaaa". El rival del protagonista de Big en la empresa juguetera se nos antojó ya, en el esplendor de los 80, un tipo más bien antipático (le dejo para usted la palabra exacta que está pensando). Sus últimos papeles de invitado, en las series McGyver, Elementary o Modern family acentuaban ese empaque. El actor John Heard, fallecido ayer, remarcaba los roles de engreído y sobrado. Nos imaginamos que en la vida real debía de llevar un ritmo más calmado y tolerante aunque, que conste, su primera esposa le duró seis días. En Los Soprano nos legó otro de esos papeles que no pasan de largo.

Tras ese memorable yuppie bobo de Big, digno de El lobo de Wall Street, que se quedaba compuesto y sin novia, a Heard nos lo encontramos poco después con otro monumento al cretinismo en un incomprensible fenómeno de taquilla. Era el indolente e inconstante padre de Solo en casa. El tipo al que en dos navidades se le extraviaba el retoño. Cuánto hubiéramos dado para que Macalauy Culkin se hubiera perdido de verdad. El fallecido intérprete deambuló desde entonces por los roles secundarios en el cine, como en Gladiator, y aunque no tuvo una carrera muy profusa sí se encuentra en un puñado de películas de esas que se repiten una y otra vez por vacaciones y días de relleno. Seguiremos viéndole.

En televisión se especializó en ese papel de congresista o senador metido en fango y amenazante a las primeras de cambio. O, recurrente, de rival del protagonista. Seco. Metepatas. Heard era un actor que sólo decía las frases y su cara ponía el resto.

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