Tras cinco años de gobierno del PP, el aumento del empleo a tiempo completo es mínimo y la mayoría del que se crea es precario y mal pagado. La reforma laboral de 2012, los recortes en desempleo, el deterioro del Estado de bienestar y la igualdad dibujan una realidad inversa a la propaganda oficial: un 20% de la población, aun con trabajo, está en exclusión social o pobreza. El retroceso en políticas sociales y libertades es innegable. Para millones de españoles la situación ha empeorado. El Congreso del PSOE debe levantar un nuevo proyecto para los ciudadanos más críticos, formados e informados de nuestra historia. Lo haremos con ellos sin demagogia, con la responsabilidad que nos identifica tanto como nuestras eternas banderas de libertad, igualdad y fraternidad.

Debemos recuperar la conexión con la mayoría social que apoyó la Constitución del 78, pasó página a la dictadura y abrió un largo período, inédito en España, de libertad y progreso. Frente a la deslegitimación populista de la Transición, PSOE y PCE, CCOO y UGT hicieron lo que debían por la democracia y los trabajadores. Esa misma mayoría social respaldó masivamente a Felipe y Zapatero para liderar cambios progresistas sin precedentes. Somos mayoría los socialistas que reivindicamos y nos reconocemos con orgullo, sin autosuficiencia pero sin complejos, en quienes impulsaron los avances históricos conseguidos con los gobiernos socialistas.

Una mayoría social de trabajadores, profesionales y emprendedores de todas clases articulada en torno a un partido socialista con vocación mayoritaria y de gobierno debe responder hoy a formas de producción, información y trabajo de una nueva era civilizatoria. Y será dentro de una Europa fuerte y unida, social y democrática, donde encontremos soluciones viables a la mundialización: si la socialdemocracia teme al futuro, desaparecerá. Gobernar la globalización para hacerla justa e inclusiva y embridar al capitalismo financiero, son las mejores respuestas a los populismos neofascistas y neocomunistas que alientan un nacionalismo y proteccionismo comercial objetivamente reaccionarios.

El Congreso debe unir y reforzar al PSOE para ganar a la derecha con una apuesta socialdemócrata, pues del capitalismo sin reglas o de las fracasadas experiencias comunistas nada podemos esperar. Más y mejor democracia; economía social de mercado; fiscalidad justa; aumento y reparto de la riqueza; igualdad sin menoscabo del esfuerzo de cada uno… pues utopía no es para nosotros el sueño milenarista del paraíso en la Tierra, sino un horizonte hacia el que avanzar día a día.

Y si en nuestro Congreso elegimos un liderazgo claro y ganador que nos devuelva a la centralidad política abriremos una nueva senda de progreso para una España justa y democráticamente avanzada, europeísta y cosmopolita. Plural y diversa, federal si lo quieren los españoles pero unida por el patriotismo constitucional que iguala a los ciudadanos vivan donde vivan.

De nosotros depende, del primero al último, pues todos somos socialistas y tenemos un voto cada uno. Porque en el PSOE no hay barones ni marquesas que hereden título o cargo sino dirigentes elegidos democráticamente por los militantes. Estoy seguro que el día que se abran las urnas en las Casas del Pueblo de toda España, así en Baracaldo como en Dos Hermanas, en Badajoz y en Jun, en Pamplona o en Valencia, votaremos limpiamente, en libertad y con responsabilidad como hemos hecho siempre.

Y estoy convencido que una gran mayoría elegirá, como yo, a la candidata Susana Díaz, 100 por 100 PSOE, como secretaria general porque reúne todos los requisitos que, en mi opinión, necesitamos en estos momentos.