Ver a Mercado, dignísimo defensa argentino, subir la banda con un balón en los pies es como ver a un albañil acarreando una carretilla de escombros. Qué mas da un balón que un ladrillo. Y así se va a pegar toda la temporada un club de fútbol que prevé ingresar 212 millones de euros en ella.

Mientras, Corchia sentado en la grada apto para jugar. Cuando uno repara en que el Sevilla ha pagado 5,1 millones de euros por un lateral derecho para que firme autógrafos y coma pipas en la grada, se convence, sólo por unos segundos, de que efectivamente se ha abierto un hueco entre los realmente grandes de Europa.

No sé si al lado del lateral francés se sentará N'Zonzi. El gigante hizo la pasada temporada muy buenas migas con Nasri. Congeniaron y le sorbieron todo el sabor posible a Sevilla. Sin Nasri y Rami, N'Zonzi no quiso más barajas y la rompió.

Digo yo que para qué vino Javi Guerrero. Del mediador, ni media.

Hablando de medias, reconozco que Guido Pizarro me confundió en la pretemporada. Todos los veranos me pasa. Recuerdo uno en que Kepa se salió. Luego, cuando llegó el fútbol de sólo tres cambios y los rivales cambiaron ese fútbol de bambalinas mecidas por el de verdad, salta que Guido no es N'Zonzi. Que no puede sostener cada día el andamiaje de la media como lo hacía el francés o como él mismo lo hizo la noche del 3-3 al Liverpool. Le cuesta cerrar, cruzarse, chocar. Porque no llega. Como Banega o el Mudo. Y aparece un binomio normalito, pongamos Campaña-Lerma, y te mete las cabras en el corral.

¿Y Geis? Probar al alemán junto a Pizarro para fraguar un doble pivote no tiene por qué suponer que Banega tenga que recibir de espaldas. Puede seguir jugando de cara, que es como ve el fútbol.

Pero Berizzo también ve sólo el fútbol de una forma. Geis, mejor para él de central mientras Pareja y Carriço sigan comiendo pipas junto a Corchia.