Los realities proliferan en la parrilla. Ya no saben de qué hacerlos. Tenemos de cantantes, de búsqueda de pareja y ahora, hasta de pérdida de peso, fitness y vida sana. Fit to Fat to Fit, de Mega, es lo último que nos quedaba por ver: un nuevo formato en el que varios entrenadores personales ganan peso y lo tienen que perder a continuación, a la vez que sus clientes. Cuando se trata de perder kilos, para los entrenadores siempre resulta muy fácil hablar y aconsejar pero, ¿qué pasa cuándo es él mismo el que tiene que seguir sus propios consejos? Durante cuatro meses, diez preparadores físicos comerán todo lo que ingiere el protagonista con sobrepeso e incluso dejarán de hacer ejercicio. Una vez que ya han ganado el suficiente peso, llega el momento de conocer a su cliente y comenzar a perder kilos juntos durante los cuatro meses siguientes. Al final de este periodo se pesarán y podrán comprobar si tanto uno como otro han logrado su objetivo. Es una forma, no cabe duda, de apreciar el inmenso esfuerzo que supone ponerse a dieta y estar en forma. Pero ¿a qué precio? En Fit to Fat to Fit todo vale por el físico. Vaya ejemplo. Ahí radica precisamente su error: el peso se vuelve a perder pero la salud se resiente para siempre. ¿Vale la pena este sacrificio?

Subir y bajar de peso de una forma tan drástica y en tan poco tiempo tiene que tener obligatoriamente consecuencias no sólo en la figura, sino también en la salud. Este tipo de programas, por esta causa, me generan sentimientos encontrados porque por un lado muestran al espectador que nunca es tarde ni se está demasiado gordo para volver a recuperar la forma. Pero, por otro, realizan unos cambios tan grandes en tan poco tiempo que dejan de ser sanos. No todo vale por la imagen.

Adonis y su cliente Alissa protagonizan una de las primeras entregas del nuevo formato que emite la cadena de Atresmedia. Adonis subió unos 30 kilos a base de comida basura para después realizar el camino inverso junto a Alissa. A base de una hora de pesas y una hora de ejercicio cardiovascular diario, además de una dieta hipocalórica alta en proteínas, Adonis consiguió bajar 25 kilos y Alissa, 26, en cuatro meses. Muy interesante es la declaración de Adonis en el espacio, afirmando que cuando ya no podía subir más peso a base de comida basura, lo que hizo fue incorporar refrescos azucarados a su dieta para seguir subiendo. También apunta que a la hora de bajar de peso, lo que realmente resultó difícil fue dejar la comida basura y los refrescos, que se habían convertido en casi una adicción. Una lección sobre nuestro cuerpo. También sobre el precio de tener un cuerpo 10 en el mundo de hoy en día.

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