EN Italia vuelve a agitarse el caso del ático del cardenal Bertone: 700 lujosos metros cuadrados de los que 100 son una terraza arbolada que da al Vaticano y, paradójicamente, a la Residencia Santa Marta en la que el Papa vive en un pequeño y sobrio apartamento. Además del escándalo del lujo hay dudas sobre su financiación. Parece que se han utilizado fondos del hospital infantil del Bambino Gesú. Ya se verá. El Vaticano ha abierto una investigación judicial de urgencia. Veo una foto de Bertone revestido, con tiara y gafas oscuras. Parece Jaruselski disfrazado de eclesiástico o un fotograma de El Padrino III. Si la cara es el espejo del alma…

Lo lamentable es que Bertone es una anécdota -muy grave, desde luego, por la personalidad del implicado- que los medios y la fobia antirreligiosa elevan a categoría. Este escándalo ocupa mucho más espacio en los medios que las cuatro hermanas misioneras de la Caridad asesinadas por los islamistas en Yemen, las 72 personas asesinadas en Lahore mientras celebraban el Domingo de Resurrección o los 7.000 cristianos asesinados en todo el mundo en 2015. Quien quiere saber, sabe. Y quien no quiere saber está más cómodo instalado en sus prejuicios. Pero la triste realidad es que los segundos lo tienen más fácil porque para conocer estos casos hay que rebuscar en la letra pequeña de los medios, mientras los escándalos se sirven en primera página.

No hace falta recurrir a los mártires o irse a Yemen. En Sevilla, la realidad mayoritaria de la Iglesia es la labor de los jesuitas en Torreblanca, el Hogar San José de la Montaña que ejerce la guarda de los niños cuya tutela tiene la Administración Pública, la Escuela Infantil La Providencia de las Religiosas de Jesús María que atiende a menores en situación de riesgo y exclusión social en el Polígono Sur, la Casa Don Bosco Baawereun Yenu Mo (Que todos tengan un lugar) en Su Eminencia que acoge a jóvenes subsaharianos, las Auxiliares Diocesanas del Buen Pastor que ayudan a mujeres que ejercen la prostitución y atienden un teléfono 24 horas para asistencia inmediata a mujeres en situación de emergencia, la Casa de Acogida Isabel Canori de la Fundación Prolibertas que promociona y reinserta a mujeres reclusas y acoge a sus hijos. Seguro que la mayoría de ustedes desconoce estos ejemplos, solo unos pocos entre muchos, mientras que están perfectamente informados de los escándalos.