TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

NO lo dice, pero Arenas se ve ganador. En especial, si la campaña sigue al tran tran, en perfecta sintonía con la del 20-N. El presumible ganador no se compromete a nada, salvo a ser honrado, trabajador, austero, eficiente, bueno con los funcionarios, dispuesto a eliminar consejerías, direcciones generales y coches de respeto. Ofrece la garantía y crédito de la marca. Como Rajoy en noviembre. Están tan seguros de ganar, que el gurú de la casa, Pedro Arriola, ya está anunciado en un foro el martes 27 para explicar los resultados. Si no estuviese convencido de la victoria, un tipo tan discreto no se arriesgaría. Entre tanto, continúa la batalla electoral con la misma tónica; munición de grueso calibre contra el adversario, que es malísimo por definición. Las dos eres máximas de la política nacional pisan suelo andaluz para seguir con su hispánico duelo a garrotazos. Resumen del fin de semana. R1, o sea Rajoy: Dice que va a seguir con las reformas prudentes. Y que Arenas tiene gente tan buena que no haría un gobierno mejor que el de Griñán, ¡sino trescientos! Será gallego, pero exagera como el andaluz del tópico. Como ven, está lanzado. R2, o sea Rubalcaba: Afirma que el PP viene con más engaños y utiliza Andalucía para vender la misma mercancía conservadora. Cayo Lara no desmerece y pide que el voto pare la reforma laboral. Ninguno dice nada sobre cómo conseguir que Andalucía pase del puesto 16 al 15 en el PIB per cápita español, aunque sólo sea eso. Seguimos esperando soluciones, pero la campaña sólo da para eslóganes. Los dos presidentes también siguen en su tónica habitual; toreo de salón. El saliente Griñán dice que no ganaremos el futuro con reforma laboral sino con investigación y conocimiento. Un hallazgo. Y el entrante Arenas ha estado estupendo. Sostiene que cuando gane va a acabar con el rodillo, la soberbia y la arrogancia. Se da por sobreentendido que se refiere a la soberbia y arrogancia socialista, porque él no padece de semejantes defectos. Por eso va al debate de la televisión pública esta noche. ¿O es que no iba? Si no va es que está tan convencido de su victoria que no quiere arriesgarse. Como Rajoy antes del 20-N, desprecia a la televisión pública, con el mismo guión. Prefiere quedar de arrogante, ahora que todo indica que va a ser el ganador, incluido nuestro barómetro de ayer.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios