LA NBC norteamericana anuncia que el 17 de febrero del año que viene estrenará el episodio piloto de El coche fantástico, tras pasar por la ITV y el plan Renove. Ya han detallado perfectamente cuándo los espectadores podrán sentarse a ver el nuevo Kitt y a las castas de David Hasselhoff, que aparecerá como invitado. A lo largo de estos dos meses, con una adecuada promoción, los incondicionales pronunciarán una cuenta atrás mientras se aviva la expectación, aunque después sea un pestiño (que lo será. Un pestiño con bolitas). Pero vamos, igualito que las cadenas españolas, que ni siquiera confirman qué emitirán este fin de semana, ocultándose las parrillas como aquellos empollones que se revolvían cuando estirábamos el cuello en un examen.

Nuestras cadenas han asumido un comportamiento cicatero que a veces perjudica el rendimiento de algunos estrenos. En vez de engatusar al público parece que juegan al despiste. Antena 3 podría aprender de sí misma y emular el rentable bombo que dio a la inclusión de los ex Pepa y Avelino en La familia Mata.

Aunque el vocabulario bélico parezca excesivo, a las cadenas les viene bien los términos de "batalla por la audiencia" o "guerra del fútbol". Los codazos que se han tenido que dar Mediapro y AVS en Valencia han debido de ser de traca. Los que servían las imágenes a La Sexta llegaron antes a Mestalla y los que daban señal a Telecinco tuvieron que subirse al gallinero. Los planos casi cenitales de la 5, con los comentarios de JJ Perogrullo (en un cuchitril), desmerecían tanto afán. Eso sí, su directo se anticipaba en un segundo al de La Sexta, donde las cosas ocurrían después. Telecinco entró en la guerra del fútbol para fastidiar a Mediapro y a La Sexta, pero con endeble resultado por ahora. Y una lástima el accidente de Amor, el que nos clasificó para cuartos en 1996.