BELÉN Esteban ha entrado en campaña, y eso no es lo peor, lo peor es que una de las reinas de ese quilombo televisivo, soez y casposo que fue Sálvame llame la atención por su sensatez en una carrera electoral donde se está haciendo uso del odio y hasta se flirtea con la violencia.

Cerrado lo de Jorge Javier, la Esteban ha actuado de madrina en el estreno de Superlativas, un programa de Carlota Corredera, donde ha venido a contar que ella votaba al PP, pero que ahora está indecisa, porque no le gusta la posible alianza por Vox a causa de los derechos del colectivo LGTBI. Acertada o no, con razón o sin ella, es una situación en la que se encuentran miles de españoles, como hay otros tantos que dudan si votar al PSOE por sus alianzas con los extremistas de izquierdas.

La Esteban ha entrado en una campaña que ha cambiado los pabellones deportivos y las plazas de toros por los platós, por lo que ella tiene su legitimidad para reivindicar el oficio. Pero eso no es lo peor.

La candidata de Adelante Andalucía por Cádiz, Pilar González, otrora sosegada andalucista en el PA, aseguró ayer que “PP y Vox, probablemente, volverían a fusilar a Blas Infante, porque son herederos políticos de los que asesinaron a Blas Infante”. No vamos a entrar a explicar ahora quiénes ordenaron su fusilamiento y su nula relación con dos partidos nacidos en este período democrático, porque lo grave es la acusación de complicidad atemporal de asesinato que ha hecho una candidata que ha sido senadora.A comienzos de esta semana, Pablo Iglesias, ex vicepresidente del Gobierno de España, declaraba en Hora 25 que “la derecha española sólo sabe de fuerza”, por lo que reivindicaba que “hay que tratarlos como se merecen”. El hijo del militante del Grapo se comporta como tal.

Una empresa de triste pasado, Desokupa, ha colgado una lona en una fachada de Madrid donde tildan de okupa al presidente del Gobierno y animan a enviarlo a Marruecos, lo que supone un doble salto de odio, porque descalifican a Pedro Sánchez como dirigente ilegítimo y se traza en el muro un brochazo de xenofobia contra el país vecino. Desokupa no es un caso aislado, es la excrecencia de una campaña de deshumanización animada desde otros partidos e instituciones contra el presidente del Gobierno, cuyo cenit es el insulto de perro Sánchez