Editorial

Bonald ensalza la palabra libre

EL poeta, novelista y ensayista José Manuel Caballero Bonald ya reina en el imperio de las letras hispánicas junto a los más grandes de la literatura por su obra "valiente, duradera y personal", como subrayó ayer el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, durante la entrega del Premio Cervantes al escritor jerezano. El acto sirvió para coronar su brillante trayectoria tras haber recibido, entre un sinfín de galardones, el Nacional de las Letras y el de Poesía, en 2005 y 2006, respectivamente. Bonald hizo gala en su discurso de agradecimiento de su pluma punzante al defender la palabra "contra los desahucios de la razón", como ha reivindicado con títulos que ya son clásicos como Somos el tiempo que nos queda, Campo de Agramante, o Toda la noche oyeron pasar pájaros. Pero quizá sea Entreguerras, donde se enfrenta a sus propios conflictos personales para retratar a la España de la época como nadie, su obra más importante, porque como se encargó de subrayar el príncipe Felipe, si por algo ha destacado el poeta jerezano es por su "palabra libre", por su "lucidez y valentía" y, sobre todo, por su "integridad extrema". En el día que esperaba desde hace años, Bonald volvió a recalcar la libertad y las letras como herramientas, ni más ni menos, para corregir las erratas de la historia, en una sensible defensa de la capacidad curativa de la poesía por "su potencia consoladora frente a los trastornos y desánimos que pueda depararnos la historia". Su acusada personalidad, una vez más, unida a su gran afición por los vinos de su tierra y al flamenco, llegando a crear un lenguaje nuevo para proyectar el arte jondo, han quedado patente en sus textos con una coherencia a prueba de bombas. Y si siempre, en los últimos años, estuvo en las quinielas del Cervantes, no ha sido hasta ahora cuando ha podido lanzar al mundo su mensaje de hondo compromiso social al remarcar que la actual sociedad está "enferma". Fue lo primero que dijo al conocer la noticia de que por fin le llegaba la justa recompensa a toda una vida dedicada a las letras. Y el propio príncipe Felipe, acompañado por doña Letizia y en presencia de Mariano Rajoy, ayer le dio la razón en el histórico paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, al definirlo como "un navegante solitario" que huye de las modas y que ha sabido sacarnos del letargo y remover conciencias con su palabra. Esa inquietud alabada ahora por todos le costó a Caballero Bonald en su momento no pocos enemigos, pero lejos de amilanarse, parece que el poeta siempre alimentó su trayectoria vital y literaria precisamente de las piedras que encontró en el camino.

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