La ciudad y los días

Carlos Colón

Buena trágica noticia

UNA noticia puede ser trágica y positiva a la vez? Sí. Que del 1 de julio al 31 de agosto hayan muerto en la carretera 364 personas es una tragedia. Que hayan muerto 16 menos que el año pasado es una noticia moderadamente buena. Y que esta cifra sea la más baja desde 1962 es una espléndida noticia. Sobre todo si se tiene en cuenta que en 1962 había en España 1.700.000 coches y 4.000.000 conductores, mientras hoy hay 31 millones de coches y 25.500.000 conductores y en estos dos meses se han producido 83 millones de desplazamientos largos. Es decir, que ha descendido el número de víctimas mientras se ha multiplicado por 20 el número de vehículos.

Que el número de menores fallecidos en accidente de tráfico en este mismo período -23- duplique el del año pasado es una tragedia. Que los jóvenes de entre 15 y 24 años se hayan convertido este verano por primera vez en el grupo de edad con el menor número de muertos en accidentes en carretera, acumulando un descenso que ya es del 72% en los últimos siete años, es una espléndida noticia.

Aun siendo cifras provisionales, porque la DGT no establece el número de definitivo de víctimas hasta 30 días después de producirse el accidente, los datos invitan a un optimismo moderado (porque frente a la tragedia de los 364 fallecidos no se pueden echar las campanas al vuelo) y parece hacerse evidente que lo punitivo funciona. Además de la mejora de la red de carreteras y la seguridad de los coches, el endurecimiento de los castigos, y muy especialmente la puesta en vigor del carné por puntos, algo habrán hecho, estoy seguro, por moderar el número de accidentes mortales. Y si se endurecieran más, menos accidentes habría.

Además de las distracciones o la bebida, la velocidad sigue siendo un gravísimo mal. Leo en una página de ciencia y motor: "Yendo a 100 kilómetros por hora, un impacto no será el doble de violento que a 50, sino cuatro veces más. La energía cinética del vehículo no depende linealmente de la velocidad, sino cuadráticamente. La energía cinética es la que posee el vehículo por el simple hecho de estar en movimiento. Si ese movimiento se detiene bruscamente por un impacto gran parte de esa energía se gasta en convertir el coche en un amasijo de hierros. Evidentemente, cuanto mayor sea la energía a disipar, más violentas serán las consecuencias". La velocidad es la hermana asesina de la tonta prisa. Dos malas herencias de la modernidad. La lentitud, la serenidad y la tranquilidad -junto a otros valores sosegantes como el gusto por la reflexión, la soledad o el silencio- deberían enseñarse en los colegios.

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