Ignacio Martínez

Chaves entra en recesión

CUANDO el presidente Chaves anunciaba el pasado jueves en una entrevista radiofónica que está dispuesto a presentarse a las elecciones de 2012, sabía que había entrado en recesión. Los economistas sólo admiten que un territorio ha entrado en recesión si dos trimestres consecutivos el crecimiento de su producto bruto es negativo. Pues bien, un sondeo solvente, que saldrá en los próximos días, suspende al presidente andaluz y a su Gobierno por segundo semestre consecutivo. El estudio realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea), dependiente de la Universidad de Granada, suspende de nuevo al presidente, como hizo en su barómetro de verano, publicado el 31 de julio. La crisis golpea a gobierno y a oposición. La actividad del PP en Andalucía y su presidente, Javier Arenas, también suspende.

Las consecuencias de la crisis económica son generalizadas. El Euskobarómetro, publicado el viernes y realizado por otra universidad, la del País Vasco, deja al PNV en precario de cara a las elecciones autonómicas de marzo, con la posibilidad de sacar entre 26 y 28 escaños, que sumados a los 2/4 de EA, darían una horquilla de 28 a 32. Aunque la media es superior a los 29 que sacaron en las anteriores elecciones, la situación es ficticia. Porque esta vez no habrá marca blanca de ETA en litigio: el Partido Comunista de las Tierras Vascas sacó en 2005 nueve diputados; que ahora, por un trasvase de votos del nacionalismo radical al moderado y del nacionalismo moderado al PSOE, van a ir al campo socialista. Patxi López pasaría de 18 a una horquilla de 25/27 escaños y podría pactar gobierno con el PNV o con el PP.

Aquí en Andalucía, los suspensos al Gobierno autonómico no llevan aparejada la pérdida del primer puesto en las preferencias electorales. Pero es evidente que la crisis está erosionando la hegemonía regional del PSOE, que ya dura 26 años. Ante esa realidad, la oferta de Chaves de encabezar la candidatura de su partido, suena más a generosidad que a jactancia. Ya en julio, una mayoría de encuestados veían al Gobierno autonómico poco capacitado para afrontar la situación económica. En poco más de un año la valoración de los andaluces sobre la situación de la economía se ha desplomado en más de 30 puntos. El paro y la crisis son las principales preocupaciones de los ciudadanos según el Estudio General de Opinión Pública realizado por el Centro de la Universidad de Granada.

Al pesimismo que ya arrojaba la encuesta de verano se ha sumado la desconfianza hacia el Gobierno andaluz para gestionar la crisis. En estas circunstancias se va a conocer, probablemente el martes, la oferta del Gobierno para una nueva financiación autonómica. Es un asunto que va a generar más tensiones que las aparecidas hasta ahora en el confesionario de la Moncloa, que ha mantenido Zapatero desde el sábado de la semana pasada con distintos presidentes regionales. El lema de que algunos ganan y nadie pierde, es falso, aunque quede muy bonito en estas fechas. Y es falso, por imposible. Hay una caja central, en la que se queda un dinero para gastos comunes y se reparte la otra parte. Si los fondos que se reparten aumentan, los gastos comunes disminuirán y la atención del Estado a los distintos territorios se reducirá. O aumentará la deuda en progresión geométrica. Si hay regiones que obtienen más dinero y nadie ve sus transferencias mermar, el que perderá será el conjunto del Estado. Esta generosidad de Zapatero, con un presupuesto nacional del que debería ser guardián, también puede costarle cara. De hecho, en el estudio de Cadpea de verano ya suspendía ZP en el aprecio de los andaluces. Y ahora no debe haber mejorado. La crisis pasa factura.

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