Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Cierto, el Betis no necesita salvadores

CERCA de treinta mil socios a cuarenta días, y cuarenta noches, de que el Villarreal inaugure la Liga en Heliópolis y una sentencia que caló muy hondo en la gran fiesta del Alcázar. Acostumbrados a presidentes sin credibilidad o desmañados para la tarea de hilvanar palabras, el mensaje de Juan Carlos Ollero en el Patio de la Montería impresionó primero y está haciendo efecto después a pesar de las chinitas que soporta el zapato del Betis.

Eso, tan rotundo, tan emotivo y creíble de que el Betis no necesita salvadores hubiera sonado a milonga para una noche de verano de no haber salido del corazón de un bético tan de verdad como el actual presidente. Y la única pena que se puede sentir con esto es lo que ha tardado Ollero en aparecer en la vida dirigente de su club. Y la respuesta, casi treinta mil socios con un alto porcentaje de nuevas incorporaciones, por lo que el resultado final puede ser de escándalo.

Y todo esto sin haberle ganado a nadie, que el haber vuelto a Primera es más una obligación que conquista a celebrar. Qué buen vasallo el bético de haber tenido un buen señor y no salvapatrias de ocasión que hay que ver cómo dejaron al Betis, por siempre Real Betis Balompié. Decíamos ayer que era motivo de gozo ver cómo en el Betis ya se piensa en el Betis anteponiendo esto a personalismos egoístas que tanto daño hicieron a lo largo del siglo largo de vida verde, blanca y verde.

Viendo la situación cuesta trabajo comprender cómo siguen algunos mostrando el plumero de su animadversión al Betis animando el retorno de esos salvapatrias que es en sus casas donde más guapos están. Casi treinta mil socios a una cuaresma del campeonato son muy pocos clubes los que pueden contarlo en la Liga española. Por lo tanto aplaudimos desde aquí a Juan Carlos Ollero por su sentencia y al beticismo por su condición de valor intangible en un club irrepetible.

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