ESTÁN aprovechando que San Isidro pasa por Madrid para llevar adelante sus pretensiones de abolir la fiesta de los toros. En estas tardes de mayo en que Las Ventas del Espíritu Santo acoge el programa taurino más largo e intenso de la temporada, los que están en contra de que el toro muera en la plaza aprovechan tamaño escaparate para sus objetivos. Tienen sus razones, pero no respetan las de los que aman dicho espectáculo y van a darles la tabarra. Bueno, pues la Corona se ha puesto declaradamente al lado de los toros y si la otra tarde estuvo la infanta Elena en el Palco Real de Las Ventas, el jueves estará el Rey en el de Sevilla, en ese Palco del Príncipe tan vacío desde que la Condesa de Barcelona no está entre nosotros. El jueves volverá Doña María a su plaza en bronce y en carne mortal su hijo para estar junto a ella y también, según el comunicado de Zarzuela, para apoyar una fiesta que es acervo innegociable.
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