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Ana Ávila

Defensa de los espacios verdes

"Esta ciudad suspende en las asignaturas de Patrimonio; hay casi una obsesión por fastidiar lo público"

ME habría gustado mucho más no escribir este artículo, significaría que no me habría tenido tampoco que alegrar de las diferentes sentencias que contra las obras de la biblioteca del Pardo ha ido dictando el TSJA desde el pasado 19 de junio, tampoco cabría la esperanza que me provocó el conocer hace unos días que la Sección Segunda de la sala de lo Contencioso Administrativo de este mismo tribunal resolvía la ejecución "provisional" de la sentencia que anulaba las "determinaciones" del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Sevilla relativas a la calificación del frente oriental de los jardines del Prado de San Sebastián como equipamiento de uso educativo, ordenando la "paralización inmediata" de las obras impulsadas por la Universidad Hispalense para la edificación de la nueva biblioteca central en un parque público. La recalificación del frente oriental de los jardines del Prado de San Sebastián como equipamiento de uso educativo cercena a estos jardines públicos 3.915 metros cuadrados de espacio verde.

Habría significado que los ciudadanos, miembros de asociaciones y vecinos del entorno de muchas y variadas posiciones e ideologías no tendríamos que haber gastado nuestro tiempo y energía en informar y denunciar una situación irregular, hoy declarada ilegal.

Esta paralización supone un obstáculo para las políticas de hechos consumados a las que asistimos a diario en Sevilla, de continuar la obra después la justificación para terminarla, aún en contra de las sentencias, habría sido el tiempo y dinero invertido en la misma. Obra que nunca debió haber comenzado, las razones fueron escritas en su día por un grupo de profesores universitarios especialistas en Patrimonio y cuya opinión debería haberse tomado en cuenta, se explicitaba el fuerte impacto que tenía esta obra proyectada por Zaha Hadid en el conjunto histórico de Sevilla, en aquella carta dirigida al rector se hacía referencia a un corpus legal que se incumplía en la obra y también a criterios de sostenibilidad, hacía referencia a la moda de edificios-espectáculos y argumentaba que la ubicación era en una zona verde y en un espacio urbano muy sensible que guarda importantes claves históricas de la ciudad; al final de la misma se instaba al rector a reconsiderar la actuación, pero no fue tenida en cuenta. Me temo que hay algunas cosas que no entiendo, esta ciudad suspende en las asignaturas de Patrimonio, porque el tema que nos ocupa también es patrimonial no lo duden, no sólo los monumentos los son.

Comenzamos mal con la plaza de la Encarnación y el proyecto Metropol-Parasol, que ha destruido el más importante registro continuado y secuenciado de la Historia de Sevilla, pero me comentaba el arqueólogo encargado de la musealización que la cripta proyectada va a quedar muy mona, eso sí, habrá perdido el alma, habrá perdido la autenticidad y la singularidad, valores inherentes y esenciales del Patrimonio.

Por cierto y al hilo de La Encarnación hace unos días leía en este mismo periódico que hacemos ruido en los Jardines del Prado y en la Torre Cajasol pero que callamos en la Encarnación; la memoria es flaca, recordar que en la navidad de 2003 la asociación Ben Baso dedicó su campaña ciudadana de la tarjeta a la Encarnación, igual que este año la ha dedicado a los Jardines del Parado, en aquella el texto iba dirigido al señor alcalde; que estamos personados en la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo con el expediente 163/2003, que durante el curso 2004/05 se hizo una importante campaña de adhesiones contra el proyecto, que cuando éste pasó por la Comisión Provincial de Patrimonio, yo misma en nombre de las entidades a las que representaba me posicioné en contra y que aún hoy sigue estando en la agenda de muchas entidades y asociaciones ciudadanas, incluso podemos nombrar batallas encomiables llevadas a cabo por personas concretas como es la de Paco Rodríguez, placero y luchador en pro de otro modelo de Encarnación.

Podríamos también escribir mucho de cómo se desarboló, qué palabra más conveniente en estos momentos, el movimiento ciudadano en aquel tiempo por parte de los munícipes, pero esto es tema para otro artículo.

Después vinieron otros muchos espectaculares proyectos, todos han sido cuestionados y ninguno ha dejado de crear polémica, entre ellos esta mal ubicada biblioteca.

Ciertamente, es necesaria una biblioteca central universitaria, ya se había quedado pequeña la del Rectorado hace casi los 30 en que acabe mis estudios, recuerdo la escasez de plazas, la lucha por mantener un puesto en alguna de las dos salas, recuerdo en concreto la tarde el Golpe de Estado. El momento era de bullicio y nos apiñábamos en un mínimo vestíbulo sin espacio ni aire para oír la radio.

Pero… ¿es necesario que se ubique en esta zona de Sevilla?, en la antigua Fábrica de Tabacos ya no queda más que la Facultad de Filología y la de Geografía e Historia. Es por tanto conveniente, dado el número de estudiantes, que esté sea el lugar de la biblioteca central. Convengamos que sí, que debe estar cerca del edificio de referencia de la Universidad de Sevilla, y entonces ¿tiene que ser de nueva planta? Hay varios edificios en el entorno que muy pronto se van a abandonar y que podrán ser usados, sin hacer un recuento exhaustivo: el edificio de Los Juzgados tiene los días contados una vez sea construida la Ciudad de la Justicia, están próximas todas las dependencias de la Plaza de España y un poco más lejos la fábrica de tabacos Altadis.

Pensemos, sin embargo que es mejor optar por una biblioteca de nueva planta, ¿por qué en un espacio verde necesario y muy próximo al casco histórico?, que fue financiado con fondos FEDER no hace una década. Creo que podemos parecer nuevos ricos, con una mano buscamos ayuda europea, construimos y con la otra destruimos, descapitalizamos. Permítanme una nota, me han comentado que en Bruselas comienzan a estar muy cansados de estos hábitos de nuevos ricos que más recuerdan a etapas deshonrosas y caciquiles de la más reciente Historia de España.

Volvamos a la búsqueda de solares, existe uno bien hermoso en la Avenida de Carlos V, tenemos espacio libre y universitario junto a la nueva Facultad de Derecho; otra nota a pie de página se dice que como contrapartida la Universidad de Sevilla ha cedido terrenos para que el Ayuntamiento construya más de 200 viviendas junto a Derecho, ¿no habría sido más fácil ubicar aquí la biblioteca central?, en la zona de avenida de Ramón y Cajal hay un importante número de facultades y por tanto de estudiantes.

Y también podemos construir edificios de calidad y contemporáneos en otros barrios, estoy segura que la arquitecta iraquí Zaha Hadid es una excelencia, premio Pritzker 2004, y que estaría encantada que la biblioteca estuviera en un barrio de Sevilla ayudando a la patrimonialización del mismo, creando nuevos lugares de interés en la ciudad, dejando de tensionar el Casco histórico. Me encantaría que en la barriada Las Águilas donde trabajo y lugar de una fuerte deprivación llegara un buen edificio contemporáneo que atrajera a interesantes y curiosas personas. Pero no, me temo que nada de esto sucederá, me atrevería a decir que hay casi una obsesión por fastidiar lo público, lo que está consolidado, privatizar hasta el aire que respiramos.

Los espacios verdes pulmones incuestionables, dadores de aires y oxígenos tienen que estar próximos a los lugares donde las personas viven y se relacionan, bienvenido el Parque de Tablada, bienvenido el Parque Guadaira en el 2010, pero los jardines también tienen que estar donde la gente vive y se relaciona, son lugares con muchas bondades entre ellas crear redes de vecindad, donde socializamos, son importantes y saludables espacios, donde se hace ciudad. Existe un lema de referencia en Sevilla, la ciudad de las personas, no podemos quedarnos en el eslogan, igual que el PGOU no puede pregonar una sostenibilidad que sólo queda en el escrito.

Me pregunto si nuestros gobernantes no quieren parques y jardines próximos porque invitan al pensamiento, a la reflexión, a la charla, peligrosas armas de discernimiento y crítica en estos momentos de pensamiento débil; si ellos nos prefieren súbditos, pero la ciudadanía, posiblemente un nuevo tercer sector político, pide y seguirá pidiendo su espacio ya no sólo de denuncia sino de proposiciones, ahí está el Convenio de Aarhus.

Para finalizar agradezco y felicito el trabajo de la Plataforma ciudadana por los Parques y Jardines de Sevilla que integra a más de 50 entidades y que trabaja con criterios progresistas y proteccionistas desde hace años, hacer lo mismo con la iniciativa de los vecinos, mirar con esperanza el trabajo del TSJA; del mundo de la Justicia espero nuevas actuaciones incluidas las que debe ir tomando de oficio en temas medioambientales y patrimoniales, ahí está el proyecto de la Torre Cajasol.

Me apena que de una forma manipuladora se nos diga que el movimiento ciudadano ayuda a la destrucción de puestos de trabajo, pero construidos sobre la ilegalidad no lo olvidemos, y no somos los ciudadanos que denunciamos los que perjudicamos sino las personas con poder y conocimiento que tensionan la ciudad, por cierto habría ya que pedir responsabilidades personales en estos temas, habría incluso que diseñar trabajos sociales de reeducación, ya me imagino a responsables en la dedicación de replantar los árboles talados de esta ciudad.

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