EL Íbex perdió ayer un 1,93% y terminó la sesión en la cota de los 10.500 puntos, arrastrado por el sector financiero y el desánimo generalizado tras la reunión de la Reserva Federal estadounidense (Fed), que constató el frenazo en la recuperación económica.

Con 31 valores en números rojos, el selectivo madrileño selló la jornada en 10.555 puntos, cerca del nivel más bajo que tocó a lo largo de la negociación (10.511 enteros), sin ninguna referencia macroeconómica positiva.

Mientras Wall Street cedía un 0,35%, a este lado del Atlántico las principales plazas europeas echaban el cierre con pérdidas mucho más significativas que las de la plaza neoyorquina, superiores al punto porcentual, pero inferiores a las de Madrid. Londres se dejó un 1,8%, París un 1,3% y Fráncfort un 1,1%.

OHL encabezó los descensos del selectivo madrileño (-3,35%) tras el recorte de sus ratings por parte de Moody's, seguido por Acciona (-2,87%) y Santander (-2,85%), después de que Credit Suisse rebajara la recomendación del banco a los inversores. Endesa ocupó el cuarto lugar de mayores pérdidas (-2,79%), mientras que otros pesos pesados del selectivo se comportaron algo mejor que el índice pese a registrar importantes descensos, como Iberdrola (-1,92%), Telefónica (-1,61%) y Repsol (-1,74%).

Grifols coronó el ranking de los cuatro valores que lograron escapar del terreno negativo con una espectacular subida del 4,47% en un mercado bajista. La medalla de plata de la sesión se la llevó Sacyr Vallehermoso (+1,38%), mientras que BME y Abengoa se salvaron por los pelos del rojo, con un alza del 0,33% y del 0,22%, respectivamente.

En el mercado de divisas, el euro siguió avanzando posiciones respecto al dólar, lastrado por las dudas sobre la reactivación de la economía norteamericana, y estableció su cambio en 1,338 billetes verdes.

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