Punto de vista

josé Ramón / del Río

Fin de la fiesta

DESDE el debate previo a las elecciones generales que tuvo lugar enLa 1, moderado -es un decir- por el supuestamente imparcial Campo Vidal, cuya inclinación por el PSOE no deja lugar a dudas, se vio claro que al candidato socialista Pedro Sánchez alguno de sus asesores le habían aconsejado que usara la misma fórmula que tan buen resultado le dio a Aznar frente a González: ¡Váyase, señor González! En su caso su muletilla fue la indecencia de Rajoy por el caso Bárcenas (hoy hubiere tenido más argumentos), al que, con la complicidad del moderador, le interrumpía en cuanto tomaba la palabra. Se frustró así el debate y Sánchez faltó no sólo a las reglas de la democracia, sino también a las de la urbanidad. Los resultados electorales, obteniendo los peores con diferencia de todos los logrados por otros candidatos de su partido, no le dieron la razón y fue sobrepasado con claridad, en votos y escaños, por su oponente Rajoy. Sin embargo, no debió de leer bien esos resultados, porque los calificó de "históricos" y no se le supone el suficiente humor negro, para hacer esta afirmación.

Después de eso, rechazó la coalición que el PP le ofreció y que aún le sigue ofreciendo. Me gustaría conocer con qué argumentos y en virtud de qué sumas consiguió convencer a S.M. el Rey de que le confiara el encargo de formar Gobierno. Ha estado meses mareando la perdiz, pese a que a que, salvo a sus acólitos Hernando y Luena, a nadie le salían las cuentas, no sólo por la aritmética, sino por los límites que le habían impuesto. Por fin, parece estar casi convencido de que, salvo el milagro, no será presidente del Gobierno de España. Para ello ha necesitado que los afiliados de Podemos hayan votado que no al pacto que él había suscrito con C's.

Sería bueno que el Sr. Sánchez dejara de culpar a todos de no ser el próximo presidente del Gobierno. Su empecinamiento, si se cumplen las encuestas, puede llevar al PSOE a obtener aún peores resultados e incluso ser sobrepasado por la izquierda. Su principal argumento para no pactar con el PP -los casos de corrupción- debía de hacerle pensar que, por desgracia, esta acompaña a los que están en el poder y así fue antes en el PSOE nacional y ahora en el andaluz. Fue un compañero de partido el que en los años ochenta decía que España era de Europa donde más pronto y fácilmente podía hacerse uno rico. Y ahora, aunque sepultados por los casos de corrupción del PP, no dejan de conocerse otros que afectan a gente de su partido.

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