EL Íbex 35 cerró la sesión de ayer con un retroceso del 0,4%, lo que llevó al selectivo a situarse por debajo de la cota psicológica de los 10.600 enteros (10.535,5) lastrado por la banca, que se vio contagiada por el revés al sector en Grecia. En el mercado de deuda, la prima de riesgo se colocó en 109,9 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,460%.

Tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no aceptar bonos de Grecia como garantía en sus operaciones de liquidez, el sector financiero se hundió en la Bolsa de Atenas, lo que tuvo reflejo en su homólogo español, arrastrando al principal índice selectivo de la bolsa de Madrid.

De hecho, la mayoría de los bancos españoles cerraron la jornada en números rojos, con Bankia a la cabeza (-2,07%). Popular perdió un 1,26%, Bankinter un 1,24%, Santander un 1,13%, Sabadell un 1,1% y BBVA un 0,2%. Tan solo consiguió esquivar las pérdidas Caixabank, que repuntó un 1,22% al cierre de la sesión bursátil de ayer.

Frente a estos valores se encontró Gamesa, líder de la sesión con una revalorización del 5,81%, seguida de DIA (+4,13%), Indra (+3,5%), Técnicas Reunidas (+2,27%) y Sacyr (+1,83%).

La mayoría de los grandes valores, a excepción de Repsol (+0,3%), terminaron la sesión en negativo, encabezados por Endesa (-1,4%). Tampoco han aguantado el tipo Iberdrola (-1,2%), Santander (-1,13%), telefónica (-0,6%), BBVA (-0,29%) e Inditex (-0,28%).

De este modo, el Íbex se mantuvo en línea con las principales plazas europeas, poco optimistas: Fráncfort cedió un 0,12%, París ganó un 0,08% y Londres un 0,01%. En el mercado de divisas, el euro se intercambiaba a 1,1424 dólares.