La ventana

Luis Carlos Peris

José Tomás solemniza el rito en la tarde de Linares

AUNQUE fue el 28 cuando Islero cumplió con la obligación de todo toro, la de coger al torero, fue bien avanzada la madrugada del 29 cuando Manolete se despedía de este mundo diciendo aquello de "qué disgusto más grande va a llevarse mi madre". Ergo hoy se cumple un nuevo año del suceso que iba a conmover a una España de hambruna y de privaciones, de represión y cartillas de racionamiento. Sesenta y un años de la muerte del Cuarto Califa, quizá el torero con más literatura y el causante de una mayor carga de nostalgia de todos cuantos han compuesto el escalafón de la historia. Hoy se repetirá el rito anual en la tarde de Linares, un rito que se ha multiplicado por la presencia del heredero más auténtico de cuantos siguieron la filosofía torera de Manolete. Hoy, de nuevo en Linares, ese novio de la muerte que es José Tomás y de purísima y oro por orden de Sabina. Todo no iba a ser auténtico...

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