PRIMER capítulo de un apasionante serial el que se libra esta noche en el gran escaparate del mundo. Primer pleito entre los dos grandes auténticos de nuestro fútbol en este bisiesto, los dos que se comen casi toda la tarta y los que polarizan todas las atenciones para que el enigma nunca se resuelva. Y el enigma es el de si son los más importantes por lo mucho que se habla de ellos o si se habla de ellos por su indiscutible importancia. Nunca se sabrá qué fue antes, si el huevo o la gallina, conque ciñámonos a la cruda realidad de que fuera de esas dos galaxias es imperceptible el fuego que nos alumbra, calienta y da esplendor.

Realísimo vs. Barça así que den las diez en todos los relojes de la Castellana y la reventa por las nubes. Es lo habitual en este partido, que ya era el plato más fuerte de la Liga cuando Di Stéfano y Kubala significaban lo que hoy Cristiano y Messi. En Liga va el Madrid por delante, pero esto no es Liga, es otro mundo, un universo en el que no caben especulaciones y en el que todo se libra a muerte rápida. ¿Favorito? Indudablemente, si en el pasado curso no cabía esa vitola, ahora es más complicado definirse por uno. El Madrid ha acortado distancias con el Barça y, por si fuera poco, el hambre le acompaña porque lo cierto es que la jerarquía culé se alarga demasiado.

Dicen los que han hecho su razón de ser alborotarle el patio al vecino que en Barcelona temen la presencia de Pinto, que la única vez que cayeron en esta era fue con el portuense en la portería y que vamos a ver si ahora... No tiene por qué ser así, pero es indiscutible que eso de que el suplente juegue esta noche no deja de intranquilizar a su clientela. Pienso que ese tipo de rotaciones está bien hasta cierto punto y que en una gran gala como ésta han de estar los mejores. No quiere decirse que pongamos en duda la capacidad de Pinto, pero con Valdés dormiría mejor el culé. ¿Pronóstico? Algo es seguro, que todo se resolverá la semana que viene en el Camp Nou.