AUNQUE nos estén inculcando la economía del miedo y el pesimismo, echando por tierra la dignidad y las capacidades, les animo a disfrutar de esta noche y a encarar con paso firme el 2012. Si los agobios le pueden, tras ver cómo cuatro ministros ponían cara de Yo no he sido para desvelarle al país que había más cuentas falseadas, y amargarle las uvas al vecindario con subidas de impuestos (ya les dijimos antes del 20-N que esto ocurriría, por más que se lo callaran), le aconsejo que mire a su alrededor y encontrará personas e iniciativas que son estimable presente y estimulante futuro.

De las mil y una Sevillas que son dignas de encomio, hoy miro hacia el Instituto de Educación Secundaria Antonio Domínguez Ortiz. Es la embajada del Polígono Sur honrado y cabal que se esfuerza por labrarse una formación de calidad y por librarse de los sambenitos. Como en otros centros educativos, usan las herramientas digitales y han creado una revista escolar, Aire del Sur, que se puede contemplar en internet. Abrir esta modesta ventana digital me ha ventilado bien los pulmones de la actualidad. Y descubro a un chaval llamado David Martínez Amaya, que cursa segundo de Bachillerato. Su ilusión es estudiar Farmacia, Óptica y Optometría. Y también aspira a un máster sobre farmacia aplicada a la genética, la biotecnología. Materia para la que la nota de acceso es un listón muy difícil. Sana ambición.

David, al terminar la ESO, ganó el premio municipal por la mejor trayectoria académica y personal. Le gusta coleccionar minerales y fósiles. Ya no le molesta que los gamberros le llamen tonto por ser un estudioso. Y también ha superado el acoso a su condición homosexual. Quiere ser respetado igual que respeta a los demás. Se encamina a la mayoría de edad.

Feliz 2012, David. A los chavales que se esfuerzan como tú y a vuestros profesores. El mercado os ha descontado del porvenir. Pero el Aire del Sur también existe, y apagará las velas de muchos cumpleaños felices.