Hasta en cuatro ocasiones ha aparecido en las páginas del Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el nombre de David Domínguez Silva, primo de Lolo Silva (IU-CA), concejal de Juventud y Deportes, como consecuencia de distintos impagos registrados en los últimos dos años. Domínguez Silva ha obtenido más de 400.000 euros entre contratos y subvenciones firmados con el Ayuntamiento desde 2006 para los cuales se valió fundamentalmente de dos empresas. Todos estos contratos se hicieron con las delegaciones que controlan actualmente tres de los cuatro concejales con los que cuenta Izquierda Unida en la corporación municipal. A pesar de ser el Consistorio hispalense su principal cliente, Domínguez Silva ha aparecido como deudor tanto del propio Ayuntamiento de Sevilla como de la Jefatura Provincial de Tráfico y del Organismo Provincial de Asistencia Económica y Fiscal de la Diputación Provincial.

En el caso de los impagos al Ayuntamiento de Sevilla, la Agencia Municipal de Recaudación publicó en el BOP una diligencia de embargo de las cuentas corrientes de Domínguez Silva hace menos de un año, concretamente en octubre de 2007. El edicto hace referencia a los intentos fallidos de la administración local a la hora de localizar a Domínguez Silva, que en esa fecha ya trabajaba para diversas delegaciones del Ayuntamiento. La Agencia de Recaudación debió activar la opción del embargo de las cuentas corrientes al haber agotado todas las vías legales previas para tratar de cobrarse la deuda.

La Jefatura Provincial de Tráfico ha tenido que recurrir en dos ocasiones a las páginas del BOP para reclamar el impago de sendas multas de tráfico. El 5 de septiembre de 2005 exigió el pago de una sanción valorada en 520 euros por una infracción cometida el 20 de mayo de 2005, por lo que la multa estuvo en situación de impago durante un período mínimo de cuatro meses. En el segundo caso, la reclamación fue sobre una multa impagada de 300 euros y está publicada el 24 de abril de 2006. La infracción se produjo el 17 de octubre de 2005, por lo que la situación de impago se prolongó casi seis meses. Los dos edictos de reclamación por deudas están firmados por el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés.

El cuarto caso corresponde a una reclamación del Opaef por una infracción de tráfico con un valor principal de 60 euros (sin contar los posibles intereses de demora y otras penalizaciones).

Las cantidades reclamadas en los dos últimos años por la vía oficial ascienden a 900 euros, a los que hay que sumar el importe del embargo anunciado por el Ayuntamiento en su momento y en cuya providencia no se especifica la cantidad reclamada. Domínguez Silva, a preguntas de Diario de Sevilla, no se sorprendió en ningún momento por las deudas reclamadas en el BOP. Sí aseguró que en la actualidad se encuentra "limpio" de débitos y que pone especial interés en no tener problemas con la administración por cuestiones de morosidad en los pagos.

Domínguez Silva ha obtenido 44 contratos y 6 subvenciones municipales por medio de dos empresas (Arecón, S.C. y Arecón Eventos, S.L.) y una entidad privada (Club Deportes Sur). El rendimiento económico obtenido ha ascendido a un total de 418.001 euros. Curiosamente, las empresas son versátiles en su objeto social hasta el punto de calcar fielmente las competencias de las delegaciones municipales que controla IU-CA y, gracias a esa cobertura legal, poder prestar un abanico muy amplio de servicios. La enumeración del objeto social, según consta en el Registro Mercantil, revela un conocimiento perfecto de las necesidades que suelen generar las delegaciones y distritos que controla IU-CA. Todo indica que las empresas de Domínguez Silva fueron concebidas con la aspiración de funcionar como estructuras paralelas de determinadas delegaciones del Ayuntamiento.

Un repaso a los contratos municipales obtenidos por Domínguez Silva revela la diversidad de las funciones desempeñadas por su empresa. Arecón fue requerida con motivo de las celebraciones del Día de la Mujer, el Día de Andalucía, el Día Mundial del Medio Ambiente, un ciclo de conferencias en un centro cívico, la organización de un mercado medieval, talleres socioculturales, una fiesta de primavera, cruces de mayo, fiestas en colegios, campamentos de verano, la velá del Polígono Sur, la semana cultural de Las Letanías o fiestas organizadas a las puertas de las sedes de IU.

EL Gobierno de la nación interrumpió brevemente sus vacaciones de agosto para escenificar cómo se faja con la crisis. Los gobiernos autonómicos no hacen suyo el talante veraniego de Zapatero y Solbes. Ellos están para pedir y pedir más dinero y competencias. Cuando en la economía van mal dadas procuran que no les salpique la ola y afee sus califatos, en los que se descubren más casos de corrupción que en la Administración central.

El Consejo de Ministros le toma medidas a la piel de toro para remendarle sus costuras. Pero esta crisis tiene más cuernos que el icono de Osborne y lo que ofrece son desarrollos normativos, regulaciones de servicios o simplificaciones de trámites burocráticos que hubiera aprobado también si estuviéramos en fase de crecimiento y creación de empleo. Los únicos paliativos realmente acordes con la situación son los avales y la financiación a las empresas por parte del Instituto de Crédito Oficial. El efecto bola de nieve que ha frenado en seco la actividad económica es la falta de préstamos, lo que asfixia a las empresas porque carecen de activo circulante para solventar la disfunción temporal de pagos y cobros. Hay una monumental montonera de pagarés que no se aceptan como garantía para disponer de liquidez.

Los bancos se han curado en salud para atajar el virus de los productos financieros contaminados, y mientras pasan un veraneo de tratamientos de desintoxicación y adelgazamiento, han dejado al país en cueros y en manos de la morosidad. Ni en las playas nudistas se está a salvo de los cobradores del frac.

Zapatero es un político de gestos de calado social para apuntarse tantos. Por eso en economía sólo promete que no recortará prestaciones básicas. Pero su talante reformista no se atreve con las debilidades crónicas de la economía española. Por mucha necesidad que hay de VPO, con pisos no se sale de esta crisis. Necesitamos cambiar de traje. Y no vale desempolvar el de lagarterana.