SI nos atenemos sólo a los repertorios cantados en el Falla, el noveno puesto en que han quedado Los pre-paraos, la chirigota galáctica de los artistas, es muy injusto. Es cierto que no estaban para entrar en la final, porque las tres que se han clasificado (las de Vera, Selu y El Sheriff) lo hicieron mejor y la cuarta, Los parapapá, también. Pero el primer día sorprendieron y en la semifinal tuvieron una actuación muy buena. Les perjudicó quizá el pase de cuartos. Pero yo creo que lo que más les perjudicó es que se pasaron de figuras y de figurantes.

A Los pre-paraos les hizo daño el incidente de Monchi, cuando se encaró con Bustelo en los cuartos de final. Aunque después le haya pedido disculpas por lo menos siete veces, incluido un pasodoble, aquello olió a chulería. Y las gracias de Monchi en el popurrí ya no se rieron en la semifinal.

También se pasaron con la figuración. Sacaron a siete enanitos de verdad, más propios de un circo que del Carnaval. Y ya se rizó el rizo de los figurantes figuras de figuroneo con Carlos Herrera de innecesario reportero sin gracia.

Y además esa semifinal parecía que se disputaba en el teatro Lope de Vega sevillano, con el alcalde Monteseirín en el palco de Cajasol para no coincidir con Zoido, que estaba con la alcaldesa de Cádiz en el palco auténtico; y con la reaparecida María de la O Jiménez de visitante impertinente, criticando a domicilio a la misma Teófila que en su día le ganó por goleada. Y Del Nido otra vez, con o sin mascota. En fin, un peligro, de cara a lo que podía pasar en la final. El noveno puesto de castigo se explica por esto. Y también el octavo, donde ha quedado ¡¡¡Cuidado que voy!!!, otra chirigota de Sevilla, que llegó como siempre: a lo suyo, sin figuras ni figurantes.