LA crisis municipal por la negligente gestión de los semáforos apagados en el Cerro del Águila se zanjará en cuanto Obama haga campaña en la avenida de Hytasa. Hágase la luz, que llega el hombre del cambio si mantiene en el armario a los predicadores. Hasta entonces, hemos de sobrellevar el socavón político con tres bicefalias de pasarela: Monteseirín y Torrijos gobernando cada uno a su estilo, las delegaciones de Urbanismo y Movilidad culpándose mutuamente del desaguisado, y José Antonio Viera y Demetrio Pérez encabezando dos candidaturas para el congreso socialista provincial. Y en eso llegará Obama para proclamar que todo puede cambiar si se encienden los semáforos y no se dejan seis meses apagados con el vecindario jugándose el tipo en los cruces. Que suban el recibo de la luz y auguren una crisis energética no es motivo para aplicar el estilo Pepe Gotera y Otilio.

La cúpula del PSOE nacional, con José Blanco a la cabeza, irá en agosto a la convención demócrata para darle un abrazo a Obama y consolar a Hillary. ¿Se pasarán antes por Sevilla para sugerir un ticket Viera-Demetrio en el congreso socialista, y todos tan amigos? Podrían firmar como testigos en el Pacto del Semáforo que, además de precisar cómo deben gestionarse las obras y las delegaciones municipales, aclare cómo funciona el PSOE de puertas adentro. Porque desde el sector crítico a Viera dicen que quieren "alcanzar el partido de puertas abiertas que planteó Zapatero y que no ha llegado ni a Sevilla ni a los rincones de la provincia".

Si es verdad que el talante zapaterista no ha entrado Guadalquivir abajo pese a que lleva fluyendo ocho años, deberían haber avisado antes al presidente en Doñana o a Chaves en su despacho. Mientras aclaran de dónde venimos y adónde vamos, el alcalde ratifica su capacidad para pagar ayudas a las familias de los fallecidos en un contexto negligente y su incapacidad de ejercer la autoridad para destituir a los responsables de los fallos garrafales.