Como hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad nos habíamos acostumbrado a ver llegar los presupuestos a los parlamentos para su tramitación metidos en un diminuto pen drive o incluso en los últimos tiempos en una cartulina con un código QR, esos cuadradillos llenos de manchas negras y blancas que facilitan la descarga desde una web. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, llegó el pasado miércoles al Hospital de las Cinco Llagas con su pen drive en el bolsillo, pero también con una furgoneta cargada de pesados tomos de papel con las frugales cuentas para 2013. La de árboles y tintas que se podrían haber ahorrado.
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