COMENZARÁ la temporada y quizá Petros sea uno de los futbolistas destacados en el Betis, pero ello no es óbice para que hoy, antes de que fuese así, pueda hacerse alguna consideración sobre su fichaje. Y no ya por lo pagado al Corinthians Paulista (1,2 millones por la mitad del pase), que podría ser su justiprecio, ni siquiera por la premura que éste tenía en venderlo para pagar a su plantilla, ni tampoco porque hace un año el jugador bahiano estuviese suspendido por seis meses tras empujar a un árbitro.

El fichaje de Petros se antoja cuando menos extraño porque, aunque ocasionalmente haya jugado en la banda derecha, se trata de un interior y no de ese extremo que reclama Mel, quizá sólo uno porque espera que Joaquín sea el segundo. Y es que ya me dirán de qué vale tener un solo extremo en un equipo...

Pero es que se le echa un vistazo a la plantilla bética y se colige de un plumazo que, en un sistema 4-3-3, Digard o, en su defecto, N'Diaye o Xavi Torres actuarán como medios de cierre, con lo que sólo hay sitio para dos interiores. El Betis contaba ya con Portillo, Dani Ceballos, Fabián e incluso Van der Vaart, y tenía también a Nono, quien ya no está hoy junto a los también descartados Sergio y Kadir. Será por interiores...

Ítem más: el día que Mel apele al 4-4-2 con extremos, si logra fichar a dos como es su deseo, se reduciría el margen, ya que en el medio jugarían Digard y uno más.

Por eso, no es de recibo que Mel reciba hoy críticas por levantar la voz y solicitar jugadores de cal tras perder ante el San Roque. Quizá, en caliente y tras la derrota, no era el momento y encima sonaba a excusa, pero la razón lo asiste tras aquella galerada lepera. Y es que, de no enmendarse la plana, Fabián acabará en el filial y el Betis, jugando con falsos extremos como la temporada anterior. ¿No era más fácil haber firmado ya a uno de verdad en lugar de a un interior con más conducción que pase?