COSECHA macabra la que está dando la enorme tragedia de Port Said, ya que la protesta por lo que pasó ha generado nuevas muertes. Ni siquiera el fin de la hambruna en Somalia palia la tristeza por lo que ocurrió la otra noche en un campo de fútbol, pero la vida sigue como si tal por esta tierra de garbanzos. Escándalos a granel que parecen como esas cerezas que van saliendo tras tirar de una de ellas, interpretaciones torticeras sobre las causas que se sigue contra Garzón, tormentas estúpidas en el vaso de agua del cambio de algún nombre de calle sevillana... y el congreso del PSOE. Este congreso no se parece en nada a aquel que en Suresnes cimentó un partido que andaba como ahora, disgregado. Entonces se aglutinó en torno a González y hoy pide a gritos una refundación urgente porque se ha convertido en un gallinero donde nadie sabe quién es de quién por mucho que lo desvele; a gritos, claro.