La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Recuerdo de una apertura escandalosa

Estábamos la otra noche en el festolín que dio el Cortinglés por sus Bodas de Platino, que ya son setentaicinco los años de que en Preciados abriese Ramón Areces la primera tienda, y se nos vino a la sesera la que se formó cuando se inauguró en Sevilla. Febrero de 1968 y se abría en el Duque justo en el solar que habían ocupado los almacenes Fernández y el palacio de Miguel Sánchez Dalp. Como reclamo principal unos escaparates como no había otros en aquella Sevilla de tranvías y reloj parado. Y en esos escaparates, el escándalo más inconcebible en aquella época, aunque en sus estertores, de nacional catolicismo. Unos maniquíes de mujeres semidesnudas con unos cuernos enormes y astifinos que nadie se explicaba a qué venían. Antier noche recordaba aquello y la verdad es que sólo Paco Herrero tenía constancia de aquello. Qué viejos nos estamos haciendo.

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