Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Redes y ojos

LLEVAMOS unos lustros por detrás de lo que vivió Sudamérica, esa tierra en vías de desarrollo y de crisis permanente. Vivimos un siglo y medio por delante del Mediterráneo islámico, que aún no sabe cómo reordenar los términos democracia, igualdad social y teocracia; y parece que estamos a una distancia indefinida, tal vez milenio arriba o tal vez milenio por atrás, de la competitividad asiática: esa mentalidad esclavista de trabajar hasta la extenuación para abaratar el producto y triturar así a la competencia. No tenemos claro qué lugar ocupamos en este mundo donde el siglo XXI se disfraza chirigoteramente de época medieval.

Nos llaman a ser más rentables, menos ociosos. La televisión va a terminar siendo un invento de pobres. Sólo los parias, parados y jubilados, van a tener tiempo de ver los devaluados anuncios. Y entonces para esos escombros sociales del edificio derruido del bienestar todas las cadenas reservarán muchas horas baratas de entretenimiento y refritos, como ya sospechamos de unas parrillas que huelen cada vez más a chamusquina. ¿Servicio público? ¿Interés general? ¿Interés de quién?

Dos paisanas de Eduard Punset, Silvia y Eva, me alertaron del patrocinio del que pendía la continuidad de Redes 2.0, noticia que adelantamos por estos contornos. Una TVE asfixiada no se podía emitir sin el respaldo de un mecenazgo publicitario un programa como el de Punset. Ojalá siempre vengan los buenos a salvarnos, como ha pasado aquí. Lo escribió un internauta en la web de este periódico, Electromagnetiko: "la televisión pública debería invertir más en programas que abran los ojos a la sociedad. Y la ONCE apuesta por abrir los ojos a la sociedad". Gracias a la ONCE seguirá Redes. Habrá que tomarse unas gambas de Palamós con Punset, Eva y Silvia.

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