opinión

José Antonio Muñoz 'Anchoa'

La Regata Sevilla-Betis

Afinales de los años 80, tras una estancia profesional de un par de cursos en el extranjero, me acerqué a mi club de remo en el mes de mayo y vi en el río dos embarcaciones de ocho con timonel en una aparente competición, seguidas de una sola motora. Me sorprendió enterarme de que era la Sevilla-Betis, que ese año no se había celebrado en su tradicional fecha de enero por razones de conveniencia de los remeros (entre los que había cinco campeones del mundo, ¡qué tiempos aquellos!) y pude recordar lo que este evento había significado en la vida deportiva de Sevilla, nada menos que trasladar la rivalidad futbolística de la ciudad al Guadalquivir, y en mi vida familiar (mi padre había colaborado con el añorado Miguel Torróntegui en su creación y dos de mis hermanos habían ganado en la primera edición en 1960).

Había que hacer algo para popularizar un producto con un inmenso potencial y el espejo donde mirarse parecía claro que debía ser la regata de más prestigio que había en el mundo, la Oxford-Cambridge, una prueba que se celebra desde 1829 y que atrae cada primavera la atención de 500 millones de telespectadores. No fue nada difícil conseguir que las, para mí, tres personas claves en el desarrollo del producto se enamoraran de la prueba: el llorado Paco Montes, presidente de la Federación Andaluza de Remo; Jesús de la Lama, director general de Deportes de la Junta de Andalucía, y Enrique Osborne, en nombre de Cruzcampo. Tres señores.

Quizás el logro más importante conseguido fue la firma de un convenio, absolutamente innovador en el deporte, con validez por 25 años (expira en 2018), suscrito entre las instituciones públicas (Junta, Diputación y Ayuntamiento), clubes de fútbol (Sevilla FC y Real Betis Balompié) y la FAR, en el que todas las partes garantizaban su apoyo a la prueba. En este convenio se fija la fecha de celebración de la regata el segundo domingo de enero. Y eso forma parte de la tradición, un elemento tan importante en el mundo del remo, como pueden constatar los ingleses, que siguen realizando el sorteo de la calle para la prueba del Támesis con la misma moneda desde 1829. Pero ahora se modifica. Los aficionados se preguntarán por qué en esta ocasión la prueba no se celebra hoy, con las ventajas de ser el evento deportivo que cierra los fastos de la Navidad. Tal vez hubiera sido más recomendable proponer la modificación de la normativa vigente, consensuarla legalmente con todos los estamentos implicados (supongo que esto se habrá hecho más allá de unas conversaciones verbales), hacer un anuncio público de las causas de los cambios y proponer su aplicación en la edición del año posterior.

No quiero que se interprete el artículo como una crítica, a pesar de que no estoy de acuerdo con este cambio, pero entiendo que han prevalecido las razones de los actores principales sobre el producto y la Sevilla-Betis, principal activo del remo andaluz, es lo suficientemente importante para que los clubes, sus entrenadores, remeros y directivos la cuiden y mimen al máximo. Espero que no tengamos que ver dentro de algún tiempo la escena con la que empezaba este escrito. Me asusto sólo de pensarlo.

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