La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Separatistas y totalitarios

Hay que ver la que han liado estos políticos mediocres para proteger su España rica y tapar a sus gobernantes corruptos

El tiempo, ese gran enemigo que te lesiona y te destruye sin necesidad de hacer nada, con sólo su transcurrir inexorable. Miren los Puigdemont, Junqueras y toda la compaña: con lo bien que les iba reescribiendo la historia, construyendo el mito, engordando el victimismo y persiguiendo la quimérica internacionalización del conflicto, y viene el tiempo a despertarlos de su ensoñación. Tienen que convocar el referéndum o retirarse con el rabo entre las piernas.

El momento de la verdad se acerca, y no les trae buenas noticias. El referéndum será prohibido por el Tribunal Constitucional porque es ilegal, eso ya lo saben. La cuestión es ¿qué hacer en ese momento? ¿Tratar de celebrarlo de todos modos impidiendo que los mossos precinten los locales electorales y se lleven las urnas? ¿Sacando a la gente -alguna gente- a la calle? ¿Durante cuánto tiempo?

Hay otra opción, que tampoco es tal: si el Estado sabotea el referéndum, se aprueba -en un rato de debate- por mayoría no cualificada en el Parlament la secreta Ley de Transitoriedad Jurídica que supondrá la declaración inmediata y unilateral de la independencia. Digo lo mismo que antes. ¿Qué van a hacer cuando el acuerdo parlamentario sea impugnado y declarado ilegal? ¿Sacarán a la gente -alguna gente- a la calle para obligar a los jueces a aplicar otras leyes, a los funcionarios a servir a otras administraciones y a los contribuyentes a pagar a otra Hacienda? ¿Durante cuánto tiempo?

El tiempo que se cierne sobre sus cabezas también desnuda su sórdido propósito. No es sólo que su proyecto político utilice procedimientos antidemocráticos para tratar de hacerse realidad. Es que el propio proyecto tiene un carácter antidemocrático y totalitario. Lo que se encuentra en la ley de transitoriedad -con razón la mantienen en secreto- no es la república idílica que han estado pregonando desde el inicio del procès, sino un régimen sin separación de poderes, sin independencia judicial, con una sola lengua oficial, con los medios informativos intervenidos y la oposición maniatada. Un sistema de buenos y malos catalanes.

El tiempo, como digo, se les viene encima. Va a ser su mejor desenmascarador. Pero hay que ver la que pueden llegar a liar un grupo de políticos mediocres manejando los bajos instintos del pueblo y encubriendo con una épica inventada el anhelo egoísta de un territorio rico y el hedor insoportable de los gobernantes corruptos.

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