TENIENDO compañeros de viaje como esos descerebrados que derribaron el Tritón Alado es de obligado cumplimiento bajarse en la próxima parada y que sigan el viaje susodichos animales. Dolorosa la imagen que ayer abría los periódicos sevillanos y retrato psicológico de la sociedad que hemos creado entre unos y otros, unos más que otros. Es una imagen que sintetiza la forma de conducirse de unos congéneres repugnantes y que dan rienda suelta a sus instintos de forma gratuita, haciendo daño por gusto, sólo por el hecho de hacer daño. Son los mismos que destrozan las bicicletas públicas, los que apalean a otros gracias a su superioridad numérica, los que dejan las calles como especie de campos de Agramante. Personal abominable, niñatos que no aportan nada y que sólo sirven para emponzoñar la convivencia, por lo que procede bajarse lo antes posible y que sigan solitos destrozándose entre ellos.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios