Cuanto se haga por salvaguardar y propagar la imagen de la tauromaquia siempre será poco, pero hay que resaltar cómo los que gestionan la temporada sevillana aciertan un año sí y al otro también. Aparte de la redondez de sus carteles quiero centrarme en la labor divulgadora de la fiesta mediante una campaña pubicitaria presidida por el buen gusto. El buen gusto y la mano de obra que conlleva, pues tiene un trabajo indudable la producción del vídeo que promociona cuanto va a desarrollarse en la plaza de la Maestranza a partir del Domingo de Resurrección. Convencer a ocho espadas de tronío que se vistan de luces para una sesión fotográfica debe ser complicado, pero es que desde un hilo conductor acertado a la magia de la voz de Barbeito en unos escenarios únicos es de sobresaliente.