CASUALIDADES de la vida, qué cosa eso que coincida la apertura del plan de tráfico navideño con la llegada de unas lluvias que harían palidecer de envidia a los monzones y a su puñetero padre. Y mira que se han hecho esperar las lluvias, como diciendo a ver si esta gente acaba las obras para entrar en escena. Pero las obras no terminaban y, claro, dijo el del grifo no puedo esperar más y agua va aunque las calles sigan desventradas y todo continúe patas arriba. Ayer empezaron a caer las canales y hoy arranca el plan de tráfico con lo que conlleva de atascos por las dichosas prohibiciones, que no falten las prohibiciones. Obras, lluvia y plan demoníaco que más parece ideado por el enemigo que por quien tiene la obligación de que la sostenibilidad se sostenga o como se diga eso. Y a todo esto, los taxistas instalados en su perpetuo cabreo para que el solsticio sea más suplicio que tiempo para disfrutar.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios