hoja de ruta

Ignacio Martínez

Una cumbre de éxito

ME apuesto lo que quieran a que el presidente Rajoy llega a la rueda de prensa final del Consejo Europeo de hoy, y dice: "La cumbre ha sido un éxito". No soy adivino, pero he visto decir lo mismo decenas de veces a González, Aznar y Zapatero. Es un clásico al que no se resiste ningún mandatario. Después de estar debatiendo durante horas con colegas de tanto talento y carisma, salen de las reuniones abducidos y con la sensación de haber salvado el mundo.

Sin ir más lejos, el julio del año pasado, Grecia estaba al borde de la suspensión de pagos y se reunieron en Bruselas los líderes de los 27 para resolver la situación. Inyectaron en las arcas públicas griegas 109.000 millones de euros más, en ayudas públicas y privadas. Rebajaron los intereses; dilataron plazos, multiplicando hasta por cuatro los años de vencimiento, con diez de ejercicios de carencia... Y se fueron convencidos de que habían apuntalado al país heleno. Hoy Grecia necesita otros 130.000 millones y que le hagan una quita de la mitad a la deuda antigua. Pero la cumbre de julio fue un éxito, desde luego.

Ahora los socios comunitarios se enfrentan a un nuevo riesgo de suspensión de pagos de Grecia. Y van tres. Pero además, no han resuelto lo que cursimente se llama gobernanza económica de la zona euro. Y ya se han metido en crear la unión presupuestaria europea... Lo único que ha mejorado en los últimos meses ha sido la famosa prima de riesgo. La prensa nacional más conservadora lo atribuye en España al efecto Rajoy. Pero no, fue la inyección de medio billón de euros del Banco Central Europeo en el sistema financiero continental lo que alivió hace un mes la presión sobre los intereses de la deuda en todas partes. En Francia, por ejemplo, ya no tienen la triple A de solvencia en las agencias de calificación, pero las emisiones de deuda le salen más baratas que nunca.

Hoy sobre la mesa del Consejo vuelve a estar el problema griego, el país que nunca debió entrar en 2002 en la moneda única y que probablemente ya lo hizo falseando las cuentas. Pero además hay otras cuestiones que son imperativas para la buena marcha de nuestro país. Por ejemplo un plan de estímulos para el crecimiento económico. Sólo con recortes en los presupuestos públicos, España no saldrá del agujero. Y ya empiezan a caer como moscas los empleos en el sector público y entre los trabajadores con contratos indefinidos. Vamos lanzados hacia los seis millones de parados. En Huelva y el Cádiz un tercio de la población activa no tiene trabajo.

El ajuste del déficit al 4,4% no se podrá cumplir hasta dentro de dos o tres años. O se prorroga ese plazo y se consigue poner en marcha un plan de crecimiento, o esta cumbre será un fracaso. Diga lo que diga el presidente del Gobierno para cumplir con el guión tradicional.

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