DUELE hondo, terriblemente hondo, que le quiten la vida a una niña como Mariluz, pero considero una barbaridad el linchamiento que se pretende con el juez Rafael Tirado. Duele la muerte de una niña como la onubense Mariluz y debe ser un dolor insoportable si esa niña es tu hija, por lo que hay que ponerse en el caso de los padres de la pequeña, claro que sí, pero no de esa cohorte que más parece una jauría en demanda de venganza que un grupo de personas pidiendo justicia. Es doloroso el caso de esa pequeña que salió para no volver jamás, pero no se puede culpar al juez Tirado de su muerte, ni siquiera que haya sido la causante una negligencia suya. Que el presunto criminal estuviese en libertad indebidamente no es sólo culpa del juez, sino de una maquinaria que anda demasiado despacio, sin la agilidad debida, y de ello no tiene la culpa Rafael Tirado, sino todo un sistema que no da abasto.